AHÍ QUEDA ESO....

Una islita de las cosas que nunca se dirán...

Nombre:
Lugar: Asturias, Spain

viernes, septiembre 30, 2005

La soledad (para Nocheoscura)

"Y volver a sentirte aislado, solo, sin nadie a tu alrededor.
Y volver a perseguir una sombra, y no poder alcanzarla.
Y volver a sumirte en la desesperación, buscando su estela entre la gente.
Y volver a sentir un vacío en el pecho,
Y volver a verte rodeado de aire y promesas,
Y volver a estar solo, como antes, como siempre."
"Vente conmigo, estarás mejor"
Mueves la cabeza nervioso, "¿quién habla? ¿dónde estás?"
Un aliento gélido te eriza los pelos de la nuca: "Soy yo" sususrra. "La Soledad. Llevas tiempo buscándome para olvidar, y ahora aquí estoy, dispuesta a ayudarte."
"Por fin, parece que la vida vuelve a darme la cara."
Una carcajada tétrica resuena a tu espalda: "No lo creo. Con mi compañía, no olvidarás; simplemente te atormentará la idea de lo que pudo haber sido y no fue. No podrás abandonar los malos tragos en mi mundo, tendrás que bebértelos una y otra vez..."
Arqueas las cejas, empiezas a asustarte, piensas que tal vez no haya sido la mejor solución buscar la soledad.
"¿Te decides? ¿Nos vamos ya? Nunca dejarás de pensar en ella, nunca. Te ha calado hondo y no te desharás de ella, quedándote solo conmigo. Hoy me siento generosa. Deja de buscarme, olvídate de mí, rodéate de tus amigos y así, quizás encuentres la paz que buscas."
"Pero, pero... yo quiero estar solo..."

PD

Ya veo que poco a poco vais dejando vuestras sugerencias. A partir de mañana iré colgando los post que em solicitasteis.
Aviso: iguala lgún post no responde a vuestras expectativas, si es así lo siento de veras ;)

El pueblo elige.

Siento haberos tenido estos días algo abandonadillos, pero bueno, he sido incapaz de poder escribir algo coherente y tampoco me apetecía sacar algo del baúl de los recuerdos jeej!
Lo pasado, pasado está y ahora en vistas de que la señorita inspiración me ha abandonado, o por lo menos eso creo yo, he decidido hacer una copia de un post que le ví a Buttercup.
En él, prometía escribir sobre lo que le dejarán en sus comentarios; ahora debido a mi falta de lucidez, os propongo lo mismo: escribiré sobre lo que vosotros me pidais; espero no meterme en camisa de once varas y que esto me sobrepase.
Pues nada, lo dicho, espero vuestras sugerencias :D

martes, septiembre 27, 2005

Mi gozo en un pozo

"My happinness in a hole" que viene a ser "mi gozo en un pozo".
Sí, ya sé que dije que me iba a Londres una semanita con unos amigos y amigas, sé que dije que os contaría como lo había pasado, sé que os hice ver que me lo pasaría de miedo... pues bien aquí estoy compuesto y sin viaje.
¿Por qué? Respuesta muy sencilla: por un puto trozo de plástico caducado... ¿perdidos? Por el puto DNI, por eso me he quedado en tierra. Cómo tenía la documentación caducada, me tengo que quedar en casita.
¿Absurdo? Sí. ¿Soy imbécil? También, un poco por lo menos. ¿Somos libres? Y un huevo y parte del otro.
No podeis imaginar la cara de tonto que se me quedó, tras unos instantes cogí el móvil y allí en el aeropuerto, con el móvil en la mano parecía tonto perdido.
No sabeis la rabia, la impotencia, las ganas de pegar voces a todo el mundo que sentí en esos momentos.
Lo peor sin duda, ver las caras incrédulas de mis compañeros de viaje y la pena que reflejaban sus ojos, ¿escena de película de comedia? Para el oscar.
Ahora en casita, tras deshacer la maleta, pues me he sentado aquí a escribirlo, tenía que deshacerme de esto, un maltrago, un fallo tonto, pero un fallo que me ha costado unas mini-vacaciones. Y todo por un puto trozo de plástico que casi nunca se usa.
Sólo me queda acudir mañana a la policía a que me den los "papeles" nuevos, porque ahora mismo me siento como un puto objeto caducado, de esos que se tiran o se reciclan.

En fin, "ahí queda eso".

lunes, septiembre 26, 2005

Delirios de un enamorado

Salí a pasear, después de una noche de fiesta, es bueno para recuperarse. Estoy caminando por el paseo junto al río, mirándo los árboles, las flores, los pescadores que se afanan por coger la mayor pieza; sin embargo, sólo consigo ver tus ojos. Incluso cuando me fijé en la cara del cuélebre, sólo ví esos ojos que me traen loco. No sé por qué, y por supuesto, tampoco sé cómo evitarlo.
El mejor remedio que he encontrado, es no verlos durante unos días, me olvido de ellos, o al menos eso creo. Sin embargo, cuando los vuelvo a ver, vuelven a apoderarse de mí de una forma tan tiernamente cruel que durante el tiempo que paso junto a ellos, olvido que son la causa de mi locura.
Dejo atrás el cuélebre, y me acerco a Ciaño, pero tus iojos, tu sonrisa y, por qué no decirlo, tu cuerpo, me persiguen: no consigo echarlos de mi cabeza. Imagínate lo difícil que me resulta echarlos de mis sueños.
A pesar de las dificultades, estoy llegando al puente, cruzo el río y me encamino a mi casa. Cada paso que me acerca a ella, me aleja un poco de ti. Espero algún día, poder alcanzarte y poder decirte todo esto que ahora te escribo. Aunque, la verdad no sé ni para que lo escribo, ya que no creo que tenga el valor necesario para decírtelo.
Sigo andando y pensando, a cada paso, esos ojos horiblemente bonitos me invaden un poco más. Tengo ganas de gritar y llorar esta enfermedad que me provocas, pero ¿de qué serviría? Sólo la naturaleza me oiría y yo sólo quiero que tu me escuches, pero, cada vez que reuno el escaso valor viril del que dispongo, esos ojos me transportan a otro mundo en el que casi soy un dios y en el que tu eres la deidad caprichosa que juega conmigo a un juego tan tierno y a la vez tan cruel que me paso la eternidad bajo las órdenes que dicta tu mirada.
Estoy llegando a casa, espero y deseo que los quehaceres cotidianos me ayuden a combatir la enfermedad que desde hace tiempo me producen esos ojos. Rezo para ganar al menos una batalla, ya que la guerra la he perdido hace tiempo; y esta derrota me obliga a rendirme a ti, como un antiguo esclavo, pero, a diferencia de él, mi existencia sin libertad está llena de ternura hacia ti, mi ama...
Acabo de recuperar la lucdez; la ducha y la comida me despejaron la mente y consiguieron que las paredes se mantuviesen quietas. Cuando leo lo que te escribí, me entristezco al saber que no puedo echarte de mi vida... con todo lo que hemos hecho juntos...
Una sonrisa melancólica se dibuja en mi cara, mientras recuerdo nuestros viajes, cenas, salidas de fiesta... Si me hubiese dado cuenta un poco antes de que sólo vivía por y para ti, a lo mejor no hubiese llegado a esta situación, que me llevará a la demencia, o igual sí; es algo que nunca podré averiguar... Aunque pudiese dar marcha atrás en el tiempo, no cambiaría nada de lo que he hecho junto a ti, nada en absoluto, ni siquiera una frase, ni una mirada, nada...
Todo esto que te escribo es la única forma que tengo de expresar lo que me provocas, es mi única vía de escape ante la soledad y el aburrimiento que siempre conduce mi mente a tus ojos. No me perdona un día, necesito estar ocupado porque si no me invade tu sonrisa y me sume en un letargo tal, que parezco un fantasma caminado por casa.
Intento evadirme de ti, jugando a la consola, pintando, leyendo, pero casi nunca lo consigo, siempre estás ahí, nunca consigo olvidarte. Poco a poco, con el paso del tiempo, me doy cuenta de que nunca te olvidaré, incluso sé que nunca dejarás de ocupar mis sueños. Tendré que aprender a convivir con la enfermedad que me han producido tus ojos; y aunque me cueste mucho esfuerzo, creo que al final conseguiré llegar a un acuerdo con ella para que deje de atacarme...
Espero conseguirlo, porque ya estoy cansado de luchar contra ella y, sobre todo, estoy hastiado de perder; sin embargo, es una derota tan dulce que perdería contra tus ojos el resto de mi vida.

Go to London

Bueno gente, mañana me voy una semanita a LONDRES!!!! Aunque carezco de conocimientos sólidos de inglés, pa allí me voy; ya os contaré a mi vuelta.

Pues nada más, felicitar a Fernando Alonso, que bueno, es de rigor. De todas formas, no creais que me ha llenado de orgullo, yo ya estaba orgulloso de ser asturiano y la verdad, no me siento para nada partícipe de que haya ganado.

Como me voy una semanita, he decidido dejaros un post antiguo (lo colgaré por la tarde o mañana), de esos que a veces olvidamos en una esquina, es de hace bastante tiempo, así que...

Espero que os guste y nos vemos!!

viernes, septiembre 23, 2005

¿Y hoy?

Bueno, bueno ¿y hoy qué toca?
¿Nos sentamos a ver cómo cambia el viento?
¿No te apetece salir a cambiarlo a tí?
También podemos salir a dar una vuelta a ver cómo caen las hojas de los árboles.
No sé, eso no me convence.
¿Prefieres quedarte en casita?
¿Te hace una cena por ahí?
¿No te he dicho qué tengo un chico nuevo?
Lo dices cómo si fuera un cromo que coleccionas.
¡Bah! Es sólo uno más.
¿Y cómo le has engañado?
Se ha dejado engañar él solito.
Entonces qué, ¿aceptas la cena?
Mejor me quedo leyendo en casa.
No paras en ella ni un segundo.
Lo sé pero que quieres, así son las vacaciones.
Pues ya nos queda menos para empezar otra vez.
Ya ves, la rutina empieza a hacer sus primeros estragos.
Bueno, como te decía ¿qué toca hoy?

miércoles, septiembre 21, 2005

Es fácil

Creí que no me volvería a pasar, que ya todo quedaba atrás, que sólo eras una parte de mis sueños... Pero me doy cuenta de que sigues ahí, que aún no he conseguido borrarte del todo de mi cabeza, que aún conservas un huequito en mi corazón... Ahora lo entiendo todo, ahora sé cómo funciona...

... es sencillo enamorarse de ti...

Es fácil caer atrapado por tus redes.
Es fácil perder los sentidos al pasar a tu lado.
Es fácil construir sueños imposibles cuando estás cerca.
Es fácil convertir un roce fortuito en una caricia llena de ternura.
Es fácil transformar un beso en la mejilla, en un beso cargado de pasión.
Es fácil pasar d eun simple abrazo de despedida, a un abrazo de cariño dado con el corazón.
Es fácil ahogarse en el cielo de tu boca.
Es fácil caer en el abismo de tus ojos negros.
Es fácil dejarse embaucar por el balcón de tu escote.
Es fácil adorar el rojo de tus labios.

...es sencillo enamorarse de ti...

martes, septiembre 20, 2005

NS, NC

Me acabo de dar cuenta de una cosilla, he hecho un único cambio en el blog; he puesto un link con varios blogs que visito habitualmente.
Decir a esa gente que si por cualquier motivo no quieren aparecer en esa lista, que me lo hagan saber y no tendré ningún inconveniente en borrarles, aunque seguiré visitándoles ;)
Ando un poco aturdido, con el rollo de las fiestas de la capital, ando un poco dormido jejeje!!
Pues nada, sólo era para esto.

Un saludo para todo el mundo!

lunes, septiembre 19, 2005

El espía

Todos los días acudía puntual a la cita, se escondía detrás de su árbol preferido, un antiguo roble octogenario, y esperaba a que ella llegara. Unas veces venía acompañada, otras sola, a veces llegaba corriendo, otras caminando... Pero siempre estaba preciosa a sus ojos, nunca encontraba ninguna falta que ponerle, siempre perfecta.

Detrás del roble, la esperaba, la veía llegar, la veía pasar y allí oculto aguardaba hasta que volvía de su paseo matutino. Llevaba así varios meses, al principio, se sentía un poco tonto, como una especie de espía sin vocación, pero poco a poco y por el mero hecho de poder contemplarla había perdido el miedo a ser descubierto. No sabía muy bien, en que momento había empezado a sentir ese deseo irrefrenable de verla y tampoco sabía lo que tardaría en pasársele; de lo único que estaba seguro era de que sólo con verla unos segundos tenía suficiente para calmar su mente.

El roble, tras el que se escondía, fue testigo mudo de las conversaciones imaginarias que mantenía con esa chica, fue testigo de los planes que hacía para poder hablar con ella; sonreía para sí, recordando que había sido testigo de muchas confidencias de enamorados y de espías como aquel en su larga existencia. Y se decidió, no sabía como ni porque, pero una mañana, de la que pasaba, salió de su escondite, salió a su paso y comenzó a hablar con ella...

Ahora todos los días acudía al roble que le sirviera de escondite y le contaba como le iba, lo feliz que era con la chica a la que quería; y el viejo roble lloraba por dentro, al contemplar por primera vez en sus largos años un final feliz.

sábado, septiembre 17, 2005

La niña de barro

Crecimos juntos; llenándonos de barro, jugando al fútbol, participando en peleas entre amigos. Siempre fuiste la peor de todos; si yo llegaba de barro hasta las muñecas, tu tenías que llegar manchada hasta los codos; si yo llegaba negro, tu parecías una sombra.
Compartí muchas tardes contigo en el parque, jugando al escondite, a la guerra de corchos y a todos esos juegos de crios pequeños. Contigo empecé a jugar a eso que los mayores llamaban amor, contigo comprendí lo que era echar de menos a una persona. Compartimos nuestros primeros "besos de portal", compartimos los primeros sueños y las primeras promesas de amor eterno.

Ha pasado mucho tiempo, y hoy nos hemos vuelto a encontrar en una esquina cualquiera, te has convertido en una mujer impresionante, preciosa que tiene muy claro lo que quiere y a quien quiere. En cambio yo, sigo dando tumbos por la vida, tomando conciencia de mi alrededor cuando los hielos golpean el fondo de mi vaso. Y hoy no era una excepción; hoy era una celebración por haber casi suspendido los exámenes de setiembre, por haberme quedado con las ganas de ver a una persona especial; por todo ello, al verte me ha abrumado la nostalgia...
Me miras y sonries, mientras te cuento como llevo la universidad; decides por un momento soltarte de tu guardaespaldas y me abrazas, susurrandome al oído que quieres volver a ser una niña; te miro sorprendido "¿acaso no lo sigues siendo?" Simplemente has cambiado tu chandal por una minifalda y una camiseta de tirantes, has cambiado el barro de la cara, por maquillaje, y has cambiado mis besos por los de otro. "No" tu voz suena a niña enfadada "quiero volver a ser aquella niña que comprendió lo que era la vida a tu lado."
Con un beso te despides, espero volver a verte en cualquier otro rincón, no te preocupes mientras tenga un sueño al que agarrarme estaré por aqui, echando de menos a esa niña llena de barro que me aprendió a ser feliz...

miércoles, septiembre 14, 2005

Malas Noticias

Lo que tenía que pasar pasó. Muchas veces, cuando haces planes y planes para el futuro, mucha gente, sobretodo, tus padres y tus abuelos ten repiten sin parar: "No hagas las cuentas de la lechera, no hagas las cuentas de la lechera."
Hasta hace unos treinta minutos, me reía yo de la lechera y de sus cuentas y ahora... si me la ponen delante la ahogo en su propia leche.
Sí, teneis toda la razón al pensar que estoy loco, ¡lo estoy! Solo tres palabras han bastado para que toda la ilusión que había reunido desde el domingo, se fuera a pique como el Titanic tras chocar con el iceberg.
"No puedo ir." No dijiste ni hola, ni que tal estas, ni nada por el estilo, me soltaste esas horribles palabras a bocajarro y casi consigues... mejor dicho conseguiste dejarme sin aliento.
Al ver tu nombre en el móvil, pensé que me ibas a contar que ya estaba todo arreglado, que ya habías hecho la maleta y que te disponías a salir para el aeropuerto, pero no, tu llamada no era como la del domingo, era triste, horrrorosa...
A través del teléfono pude intuir que habías estado llorando, tu voz no sonaba natural, supe también que intentabas esconder toda tu tristeza dentro de ti, no querías que yo me enterara de que te dolía de veras no venir. Pero habías tenido una fuerte discusión en casa, dijiste alguna cosilla que deberías haberte callado y la replica fue brutal "No hay viaje a Asturias."
No supe como reaccionar, ni que decirte; estaba totalmente desconcertado; ahora un poco más tranquilo y después de reflexionar un poco he vuelto a llamarte.
Nada más oir tu voz al otro lado de la línea, un nudo volvió a atenazarme la garganta, por segunda vez en una tarde, fui incapaz de decirte lo que esperabas escuchar. Mi retahíla de palabras surgió a borbotones y atropelladamente, sin orden lógico y sin llegar a decir nada; lo mismo me ocurre con este post...

Enfin, un desastre como os podeis imaginar; con la ilusión que tenía, si hasta me estaba empezando a gustar la física (el examen que me queda). Pues nada, todos aquellos que esperabais una cita inolvidable, tendreis que imaginaroslo pues de momento no va a ocurrir...
Esta vez fueron malas noticias desde Barcelona ¡¡¡¡¡Buaaaaaaaahhhhhhhhh!!!!!

martes, septiembre 13, 2005

La pregunta

He tenido la brillante idea de plantearle a sidd una pregunta, por lo tanto, ahora estoy a vuestra disposición.
Para aquellos que no sepan nada, pueden hacerme una pregunta, a la cual estaré obligado a responder. Todo aquel que haga una pregunta deberá seguir la cadena en su propio blog.

Bueno pues nada, soy todo vuestro ;)

domingo, septiembre 11, 2005

Noticias desde Barcelona

No sabía nada de ti desde agosto, y precisamente ahora, cuando estaba intentando concentrarme en los apuntes, vas y me llamas por teléfono. Me has convertido en la persona más feliz del mundo, has conseguido que olvide los apuntes y los exámenes de esta semana, ya no me interesan.
Me has comentado que era duro volver a la rutina de la gran ciudad, aunque poco a poco te vas acomodando a ella "aunque te echo de menos". Tu voz sonaba melancólica, aunque rápidamente has perdido ese tono y te has puesto más jovial.
Me has reñido, y con razón, por no haberte llamado ni mandado algún mensaje, ni siquiera "me agregaste al mesenger". Fue un duro rapapolvo, que ni mi madre en sus mejores épocas había conseguido soltarme nunca, me he disculpado como he podido.
En realidad, quise llamarte más de una vez, pero al coger el teléfono y marcar tu número... no sé pero el mero hecho de escuchar tu voz, me ponía nervioso y era incapaz de articular palabra, así que decidía cortar la llamada y posponerla para otra ocasión. En cuanto a lo del mesenger, he conseguido convencerte de que perdí tu dirección, en serio, no te miento; como ves en ocasiones soy un auténtico desastre.
Me has contado que tus amigas te están buscando un novio, pues te ven bastante desanimada, sin embargo, "has dejado el listón bastante alto" me comentas con voz de niña mala y no te convence ningún futuro candidato.

Me encanta escucharte, seguimos hablando de cosas triviales, hasta que descubres el motivo de tu llamada. "Quizás vaya para San Mateo".
Por un momento, me quedo sin habla, con la mirada perdida, vamos como un imbécil.
[Paréntesis informativo: San Mateo son las fiestas de Oviedo, la capital de Asturias, el día grande es el 21 de Setiembre]
"¿Estás ahí?"
"Sí, aquí sigo; entonces ¿te podré volver a ver?"
"Tengo esta semana dos exámenes, si los apruebo, mi madre me paga el viaje y me quedo en casa de mi prima."

"¡GENIAL!" Es un grito en toda regla, que viene seguido de la reprimenda telefónica.
"No grites tanto, me vas a dejar sorda". Oigo tus carcajadas a través del teléfono. "¿Te hace ilusión?"
"Me acabas de transformar en un niño en la víspera de Reyes."
"Pues ahora te dejo cielo, que voy a ponerme a estudiar en serio. Ya te contaré. Un beso"
"Espero noticias, suerte para los exámenes. Un beso enorme."

Tras incontables "muacks" telefónicos, vuelvo a la realidad cotidiana, a ponerme con los libros otra vez, sin embargo me cuesta mucho concentrarme, a cada rato, me sorprendo pensando en ti, en el día que te conocí en aquella jira, y me pierdo recordando los dos días que pasamos juntos...

Ya veis, una alegría con la que no contaba; ahora a ver si me concentro en los libros, porque sino me parece a mí que me voy a pasar las fiestas castigado en casa, como un niño pequeño :P

miércoles, septiembre 07, 2005

La peor llamada

Besó a su mujer en la frente y le deseó en voz baja buen día. Eran las cinco de la mañana y no quería despertarla. Ella se revolvió entre la sábanas y sussurró un ten cuidado.
Salió como casi todos los días en dirección a la parada de la línea que lo llevaría a la mina. Hacía unos veinte años que recorría el mismo camino para entrar a trabajar, pero aquella mañana tuvo una sensación extraña, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo.
"Será el tiempo" Estaba oscuro, la lluvia caía fina pero incesante. Mientras esperaba al autobús, se preguntaba si lo echaría de menos, si tras la prejubilación se aburriría en casa.
Había entrado en la mina como mecánico hacía unos veinte años y ahora apenas a un me de prejubilarse no sabía que haría con tanto tiempo libre.
Sumido en sus pensamientos llegó la línea, le esperaban ocho horas de reparaciones en una de las galerías recién abiertas, sería un día duro...

El día pasaba lentamente en su tienda de ropa, nunca era muy concurrida pero aquella mañana parecía que nadie había salido de casa. Mientras hojeaba una revista del corazón, tuvo un mal presentimiento. Estaba intentando pensar que podría haberle provocado semejante presagio, cuando el teléfono empezó a sonar.
"Serán los del instituto, el crio tal vez haya echo novillos otra vez."
"¿Señora Gómez?" La voz sonaba grave, por un moemnto se asustó.
"Soy yo." No reconocía ni su propia voz, un nudo le atenazaba la garganta.
"La llamo desde la mina, ha habido un accidente en la galería donde estaba su marido."
Las piernas le temblaron, tuvo que hacer un gran esfuerzo para no soltar el teléfono.
"No hay nada seguro, estamos intentando sacarlos de allí, pero por lo que nos han dicho..."
No quería oirlo, quería despertar de esa agonía, sin embargo la voz prosiguió:
"... nos han dicho que su marido... estaba muy cerca del lugar donde tuvo lugar la explosión..."
A duras penas consiguió balbucear: "¿Qui... quién se lo ha dicho?"
"Uno de los hombres que hemos sacado. Verá señora, me temo que Carlos no ha sobrevivido a la explosión."
La frase atravesó tanto su cerebro como su pecho como si se tratase de una flecha; el teléfono resbaló lentamente de sus manos, mientras ella caía de rodillas. Durante unos segundos, no lloró, parecía totalmente ausente, perdida en otra dimensión... De pronto, las lágrimas brotaron como torrentes de sus ojos, mientras gritaba y la poca gente de la calle entraba a ver que ocurría.

lunes, septiembre 05, 2005

Un trago rápido

Sentado delante de un vaso, en la barra del mismo bar de costumbre, como siempre me pierdo en mis pensamientos...Te sigo con la mirada, mientras te acercas, me rodeas el cuello con los brazos, y tus dulces labios se posan suavemente en los míos...Me cuentas como te ha ido la semana; el examen que tuviste no te salió del todo bien, haces un mohín, en casa andan algo mosqueadillos, tengo que estudiar más, aseguras...Te doy algún mimo, te intento animar, aunque no hace falta; vuelves a abrazarme y me aseguras, al oído, que soy lo mejor de tu vida...El vaso esta medio vacío, el bar casi lleno, pero de ti no hay rastro...Te acompaño a casa, me coges del brazo y caminamos muy despacio, sin prisas; recibo un beso en cada portal, estas contenta, me has interrogado hasta que te he dicho el regalo que te iba a hacer por tu cumple...Ya en tu portal, recibo el último beso de la noche...El vaso esta vacío, mi mirada perdida; en el bar ya casi no queda gente y tú no has aparecido...Me levanto del taburete, me alejo hacia mi casa arrastrando los pies, sin prisa, como cuando te acompañaba a ti...

viernes, septiembre 02, 2005

Olvídate de mí

Olvidé el calor de tus brazos,
Olvidé el sabor de tus labios,
Olvidé el brillo de tus ojos,
Olvidé la ternura de tus caricias,
Olvidé los susurros de tu voz,
Olvidé los despertares a tu lado,
Olvidé que eras la fuerza que me mantenía vivo,
Olvidé que por ti, torcí mi camino,
Olvidé que sólo me has dado alegrías,
Olvidé que tenerte fue un regalo del cielo…

Por todo esto ahora te pido que,
Olvides mi nombre,
Olvides mis caricias,
Olvides mis besos,
Olvides mis promesas y
Mis “te quieros”.

Tan sólo te pido que no mueras como yo,
Que sigas adelante,
Que no caigan más lágrimas de las necesarias por mí,
Que vuelvas a tu camino,
Que encuentres a alguien que llene tu corazón,
Que tus amigos te hagan feliz…

“No, no quiero que te vayas, no es justo, no quiero perderte,
Haz un esfuerzo, quédate conmigo, con mi voz, por favor…”


[Un hombre yace inmóvil con una bala en el pecho, una mujer se abraza a él mientras llora. Las luces se apagan lentamente, con todo ya oscuras sólo se oye el llanto desconsolado de la mujer.]

jueves, septiembre 01, 2005

Sueño IV

Lo peor es la espera; estamos sentados cerca de la calle, desde mi posición la controlo enterita. Mientras doy cuenta de mi cerveza, rezo a todos los santos que conozco para que aparezcas pronto. Después de unas cuantas cervezas, nos ponemos a jugar al futbolín, es algo que siempre hacemos. Sinceramente, no soy muy bueno, así que enseguida encuentro excusas para acercarme a la mesa y echar una ojeadita a la calle. Las novias de algunos colegas me dicen, entre las risitas típicas de las cotillas: "Tranquilo, en cuanto llegue, te avisamos". No te preocupes. ¿Qué no me preocupe? Pienso, mientras me vuelvo hacia el futbolín, ¿qué no me preocupe?Llevamos tiempo jugando y aún no sé nada de ti, pero, por primera vez, en un par de días, no me atormentan tus ojos porque vamos ganando, llevamos unas cuantas partidas sin perder. Cuando finalmente nos echan, vuelvo contento hacia la mesa, habíamos hecho buenas partidas y nos habíamos divertido. Sin embargo, al llegar a la mesa, toda mi alegría se convierte en asombro. Estas ahí, sentada en mi silla, sobre tus piernas está mi jersey. En cuanto lo veo, juro a dios que nunca más lo volveré a lavar. Estas ahí, repito para mí, sentada en mi propia silla, hablando con tus amigas y con las mías. Cuando percibes nuestra llegada, te levantas y nos recibes a todos con una gran sonrisa y un par de besos. Ahora que estás de pie, puedo contemplarte: llevas una minifalda roja, parece vaquera con el borde como deshilachado y una camiseta de flores, tipo hawaiano. Estás preciosa, encantadora, sexy, resplandeciente... No se me ocurre nada que decirte, salvo un débil “perdona” cuando, al ir a por mi cerveza, te rozo el brazo. El contacto me hace temblar y derramo unas gotas sobre tus piernas. Por suerte, las gotas de cerveza son recibidas por mi jersey y tu no le das importancia a mi torpeza.
La noche pasa lentamente, la conversación general va muriendo poco a poco y es sustituida por pequeñas conversaciones, medio privadas, medio colectivas. No sé si lo has hecho a propósito o ha sido cosa del azar, pero nos encontramos hablando solos, sin que nadie meta las narices en la pequeña burbuja en la que nos hemos metido. Apenas soy capaz de articular palabra, solamente asiento con la cabeza, como un niño pequeño, tú llevas el peso de la conversación y por la forma en que me miras y todo lo que dudas me parece que no me va a gustar esta conversación.
Me dices que lo que ha pasado entre nosotros ha sido algo importante, aunque recalcas que no estas segura de que vaya a salir bien. No me hace ninguna gracia el rumbo que está tomando la conversación, y una nueva pregunta sustituye a las que tenía hace dos días, ¿por qué me has hecho algo así? Esta pregunta nunca saldrá de mis labios, aunque me quema como un hierro candente. Continuas con tu charla, que me quieres, que soy muy importante para ti, pero... .Detrás de un pero nunca viene nada bueno. Me preparo para oír lo peor, no sé como encajaré el golpe, así todos los músculos del cuerpo se me tensan en la silla.
-Pero, sólo te quiero como a un buen amigo, eso sí, más especial que ninguno, pero solo un amigo.
Herido de muerte, la frase, ahora convertida en flecha, atraviesa mis costillas sin problema y se aloja en el corazón.
-¿Y lo del otro día? ¿Lo qué me contaste? ¿Los besos, las miradas?
-No lo sé, supongo que quería compensarte por todo lo que has hecho por mí. Siempre que te he necesitado has estado ahí.
-Pues vaya favor, me has subido al cielo y ahora de repente me quitas las nubes. La caída es brutal.
Sin darme cuenta, he levantado la voz y nuestra conversación, que en un principio era privada, ahora es de dominio nacional. Todos los ojos están pendientes en nosotros. Opto por la mejor opción, me levanto y me dirijo a la calle. Murmuro un simple “cambio de local”. No sé como lo has conseguido pero sólo tu me sigues calle abajo. Me coges del brazo y murmuras un “lo siento”. Me acabo de dar cuenta de que eres lo mejor de mi vida y odio que estés triste así que te advierto que no hay nada que sentir, que lo pasado, pasado está y aprovecho para añadir que fue el mejor día de mi vida, aunque no recuerda casi nada de lo que había pasado. Cogidos del brazo, entramos en otro bar, me obligas a bailar contigo, sabes de sobra que no soy un buen bailarín pero aún así, insistes tanto que acabamos bailando canción tras canción.
En un momento en el que te despistas me escabullo hábilmente y me dirijo, entre codazos, empujones, pisotones y perdones, hacia la barra. Cuando regreso a tu lado, ya me has sustituido por otro, seguro que él te ha atacado, cualquiera no lo haría. Bailas con él, te ríes de sus bromas y yo, mientras tanto me apoyo en la pared para mirarte. No puedo creer que durante uno o dos días hayas sido mía. La verdad no lo esperaba, pero tampoco esperaba lo que me has dicho, hace apenas unas horas; era algo de esperar pero, sencillamente, creo que me había hecho demasiadas ilusiones.
Sigo sumergido en mis pensamientos y en mi copa, cuando alguien se coge de mi brazo, abro los ojos y te veo frente a mí, con cara de pocos amigos, pero, por suerte, tu mirada de furia no va dirigida contra mí, sino que va contra ese individuo con el que bailabas hace un momento. Apenas entiendo lo que mascullas entre dientes, mientras me arrastras fuera del bar. Yo te dejo hacer, nunca osaría contrariarte y menos ahora, ya que podría ganarme algo más que una mirada iracunda.Ya fuera del local, continuas tu camino y yo, por supuesto, continuo siendo arrastrado por ti. Te pido por favor que paremos, porque si seguimos caminando nunca podré terminar mi copa. Tras otros cuatro pasos, te detienes, te lo agradezco en el alma. Me contestas secantemente que deje de beber. Yo a mí vez y tras un largo trago te comento que estoy intentando ahogar las penas.
-¿Penas?
-¿Por qué me has medio obligado a salir del bar?
-Porque ese mamón quería meterme mano, de hecho lo hizo en dos ocasiones.
-¿Quieres que le parta la cara?
Me miras asombrada, arqueas las cejas y definitivamente concluyes que estoy como una cabra. Ante tu conclusión, alego en mi defensa que no estoy como una cabra sino que estoy completamente borracho.
-Que es distinto.
-Ya lo veo, ya lo veo. ¿No podrías controlarte un poco más?
-La situación lo requiere.
-¿Qué situación?
-Acabamos de romper, es normal que esté anímicamente hundido.
-¿Romper? No había ningún compromiso entre nosotros.
-Para ti, no. Pero yo ya me había hecho ilusiones.
Si antes estabas asombrada, ahora parece que vas a perder tus bonitos ojos. No sabes que decir ni que hacer, así que me vuelves a coger del brazo y me arrastras con mis colegas y tus amigas.Estoy totalmente anestesiado, no sé con quien, ni de que estoy hablando. Lo único que sé es que estoy rumiando mi mala suerte en mi cabeza. Si ayer me desperté contento, hoy me encuentro realmente hundido. No sé porque has cambiado tan repentinamente de idea, pero me propongo averiguarlo. Me dirijo hacia donde estás, mis colegas tratan de disuadirme pero no lo consiguen.
Me detengo como si alguien me golpeara en el pecho, ahí estás, pero no estás sola y los brazos que te abrazan y los labios que besas, desgraciadamente no son los míos, son los de otra persona. No sé si ha sido el grito que he pegado o ha sido instinto pero vuelves la cabeza y tus ojos se clavan en los míos. Sé lo que buscan, por primera vez en toda la noche, sé lo que pasa, quieres mi aprobación. Acabo de recordar tus palabras “un amigo especial”, no me queda otra solución, me acerco a despedirme, me voy para casa, estoy cansado de dar vueltas. Tras darte los dos besos me abrazas fuertemente y me susurras al oído:
-¿No vas a reprocharme nada?
-Ni hablar, pásalo bien y a ver sí te dura más tiempo.

Me encamino hacía casa, pero algo ocurre en el camino, una farola aparece de la nada y no me queda otra opción que abrazarla. El golpe es de muerte, veo las estrellas, entre ellas están tus ojos y todos los planetas de la galaxia.

Poco a poco, las nubes de mi mente se van despejando, consigo ir abriendo los ojos, aunque la claridad me ciega. Muy despacio, consigo ordenar mis ideas, estoy... estoy... estoy en el suelo de mi habitación, justo al lado de mi cama. ¿Pero qué ha pasado? Si había caído cerca del parque, ¿quién me ha traído a casa? No lo sé, busco la ropa con la que salí y está extrañamente doblada en el armario. Cada vez es todo más extraño. Loco o poseído, no sé por cual de los dos sustantivos definirme, me encamino a casa de uno de mis colegas.Me abre la puerta sonriente, sonrisa que se borra al ver mi cara de lunático.
-Tío, esto es muy grave, he despertado en casa.
-¿Y dónde querías despertar?
-Pero ayer cuando volvía, me pegué contra una farola del parque.
-¿Estás de broma? ¿Ya has vuelto a fumar porros? ¿No los habías dejado?
-Que porros ni que niño muerto, joder, esto es grave. ¿Me llevaste tú a casa?
-En primer lugar, ayer no salimos y en segundo lugar, ya podías haber llegado a rastras.
-Gracias por tu sinceridad. Así que ¿ayer no salimos?
-No, estuvimos tomando algo por aquí hasta la hora de cenar.
-Sí, eso lo sé y después quedamos para ir a la terraza a tomar algo.
-Lo siento, te equivocas. No salimos. Además tu no diste señales de vida hasta ahora mismo.
Le miro a los ojos, sé que no me miente, así que puede que la ruptura con ella, sólo sea fruto de mi imaginación, una jugarreta de mi lado pesimista.
-No sabes el peso que me has quitado de encima. Oye, por cierto, no me has preguntado por ella.
-¿Por ella? ¿Quién es ella?
-¿No te acuerdas lo que me preguntasteis por la tarde?
-No. Sé quién es ella, pero no recuerdo haber hablado nada sobre ella.
-Queríais saber como me había ido anteayer.
-¿Anteayer? Si estuvimos todos en la playa y luego salimos de noche a tomar algo.
¿Podía ser posible? He estado soñando todo este tiempo. Ahora sabía que estaba despierto porque el chichón de la cabeza me dolía mucho. Le pedí unas aspirinas y le conté todo lo que me había pasado.

Al acabar, me miró entre asombrado y compasivo.
“¡Vaya imaginación! Hace dos días fuimos a la playa. Decidimos salir un poco de noche a la terraza. Todo lo que me has contado de la terraza es verdad, ella estaba allí e iba vestida como tú la has descrito. También, es verdad que estuvisteis hablando pero no sé de que y también, es cierto que ella estuvo con un chaval y que tu estabas completamente borracho. Dijiste que ibas para casa, pero en tu estado decidimos seguirte, era muy simpática tu forma de caminar hasta que te abrazaste a la farola. Caíste redondo, del golpe te habías dormido, así que te llevamos a casa. Supongo que el golpe y el sueño te han tenido en cama estos dos días y que hoy te has levantado porque te has caído de ella.”
Abandoné a mi colega. La conversación que habíamos mantenido, me había vuelto a desconcertar. O sea que ni había estado contigo, no habíamos roto, ni nada; todo fue un simple sueño. Bueno, simple no, pero sólo fue un sueño. Camino sin rumbo fijo, cada vez más descentrado; mis pasos me llevan hasta delante de tu portal. Decido dar la vuelta, porque parezco un marinero sin brújula, de perdido que estoy en mis pensamientos. Apenas me vuelvo, cuando oigo tu voz:
-Espérame, que voy para el centro. ¿Qué tal? Hace un par de días que no sé nada de ti.
-Supongo que los pasé durmiendo debido a un golpe.
-¿Supones?
-Sinceramente, no me acuerdo de nada. Tan solo recuerdo un sueño extrañísimo que tuve.
-Me contaron que te abrazaste a una farola, ¿es cierto?
-Creo que sí. Además es la responsable del bonito chichón que tengo en la cabeza.
-¡Ja, ja, ja!
-¿Y tú qué? ¿Hacia dónde caminas?
-He quedado con un chico.
-¿Con el del otro día?
-¿Te acuerdas? Pensé que estabas demasiado borracho.
-Ya ves, algunas cosas aún las recuerdo.

Continuamos caminando y charlando, aunque íbamos a paso lento, me parecía qué íbamos corriendo porque enseguida llegamos al cruce donde te tenías que despedir. Nos abrazamos y nos dimos un par de besos, como de costumbre. Te deseé toda la suerte del mundo con ese chico, aunque, en el fondo deseaba que durarais lo menos posible. De todas formas, a este último pensamiento ni siquiera le hice caso, ya que recordé que éramos amigos; así que, mientras te alejabas, le pedí al cielo que por lo menos la relación no acabase mal.Proseguí mi camino hacia casa. Seguía rumiando lo que había soñado. Llegué a la conclusión de que todo lo que había pasado en el sueño, era lo que me gustaría que pasase entre nosotros. Bueno, quitando la última parte, ya sabes, la ruptura y tu nuevo ligue. También, me di cuenta que los mejores días de mi vida había sido fruto de mi imaginación. Ya me dirás, si se lo cuento a un médico, me encierran en un psiquiátrico de esos para el resto de mi vida. Sólo de pensarlo me entra una desazón que no puedo controlar.Acabo de ducharme y de cenar, estoy tirado en la cama sin hacer nada, simplemente pienso. No sé porque pero mis manos involuntariamente se dirigen hacía el sitio que habías ocupado en mi sueño, pero, desgraciadamente, sólo encuentran la sábana. Una fuerza extraña me obliga a levantarme y a sentarme frente al ordenador, aún no sé que hago aquí cuando, como por arte de magia, mis dedos se deslizan sobre el teclado. Empiezo a escribir como poseído todo lo que me ha pasado. A medida que lo escribo voy recordando cada una de las escenas. Más que escenas, te recuerdo a ti: tu postura, tu sonrisa, tu atuendo, el brillo de tus ojos... .Si me preguntaras, ahora mismo por qué lo escribí; no sabría contestarte y creo que después de algún tiempo siga sin conocer la respuesta...