AHÍ QUEDA ESO....

Una islita de las cosas que nunca se dirán...

Nombre:
Lugar: Asturias, Spain

jueves, abril 27, 2006

Un cuentecillo

Si me prestan atención, les puedo relatar una historia…
una historia de… en fin, una historia de barra de bar…

Después de una noche de reposo, el sol decidió salir, como cada día a dar su vuelta rutinaria a la Tierra, él le pidió al reloj tan sólo cinco minutos más, pero como cada mañana, el reloj no se los concedió y muy puntual a las siete empezó a sonar.
Odiaba aquel ruido, lo odiaba de veras, aunque era incapaz de deshacerse del despertador que lo había levantado los últimos diez años.
Sin embargo, esa mañana, había sido distinta, se levantó más rápido de lo normal, no rezongó ni maldijo por lo bajo, si no que se levantó como un rayo…

Y es que esa noche… esa noche… si las sábanas hablasen y las almohadas no callasen… que sería de nosotros…

La había visto, en la barra tal como le había prometido, él fue derechito a saludarla como había prometido, tomaron algo juntos, rieron, charlaron y se gastaron bromas como ambos habían pensado…
Pero poco después, otro gallo entró en el corral, uno que no necesitaba lucirse pues ya lo llevaba conquistado de casa y tal como había prometido se la llevó de su lado…

Fíjense señoritas y señores que en este punto, nuestro individuo abandona el local con la cabeza bien gacha y arrastrando los pies…

Apenas había dado dos pasos, cuando ella, aún con las mejillas sonrosadas por la carrera se echó a sus brazos, tal como se había prometido a sí misma ese mismo mediodía. Él la estrechó con fuerza para no perderla, para que el sueño no se diluyera…

Noten aquí, la pasión contenida, las miradas que lo dicen todo… No puedo seguir que me acaloro todito, todo…

Los labios se juntaron y las lenguas se pelearon, tal como habían pactado las miradas… Las manos no pararon de recorrer la piel, buscando lugares recónditos donde…

Digamos donde posarse… Ya sé que no queda muy poético, pero no me lo tengan en cuenta...

Y allí se fueron señoritas y señores, caminando bajo la luna y las estrellas, cogiditos de la mano como dos enamorados, tal como habían prometido los labios…
Ya ven que es una historia normal y corriente, que le puede pasar a cualquier cliente de un fin de semana, ya guste cerveza, ron o algo sin alcohol…
Pero si les soy sincero, a un servidor nunca le ha pasado… ¿Será qué no me gusta prometer?

Antes de acabar este breve relato, creo que se preguntarán
¿qué verían la sábana y la almohada que han de callar?
Esa pregunta se la dejo a su libre interpretación, ya que no contestarla no acarrea ninguna sanción.
Sean felices :)

martes, abril 25, 2006

Relato (IX)

Señor Bito, espero que no se le ocurra ninguna maldad ;)!!

Era viernes… Viernes… Primer día del fin de semana, sin clase, sin obligaciones… podía dormir hasta la hora de comer y volver a echarse después hasta por la hora de cenar… y desde que se había mudado, normalmente, después de cenar volvía a echarse hasta el día siguiente. Pero esa mañana era distinta, se levantó de un salto en cuanto el reloj dio las diez.
Se vistió con ropa de deporte y salió a correr. Solía hacer ejercicio siempre todos los viernes… aunque eso era antes… en esta nueva ciudad no le apetecía hacer nada, sólo dormir y vaguear…
Sin embargo, esa mañana de viernes, tenía una razón poderosa para ponerse en marcha…

“En doce horas, estaré cerca de ella. Quién lo diría que esa niña de papá, en realidad fuese una chica encantadora que invadiría mis pensamientos.”


El sol filtrándose por entre las rendijas de la persiana le acarició la mejilla, consiguiendo despertarla. Le encantaba esa sensación de una mano querida acariciándola…

“La de Dani.”

De repente, se incorporó de un salto…

“Sólo me quedan doce horas. Y tanto por hacer…”

Se encaminó hacia la ducha, aún pensando en cómo sería despertarse al lado de Dani… No lo podía creer, hasta hacía una semana, aún pensaba que Dani era verdaderamente un bicho raro, sin embargo, ahora se había dado cuenta que la rara había sido ella por no darle ninguna oportunidad…

Dejó que el agua caliente le recorriera el cuerpo… un cuerpo casi perfecto, de lindas piernas y bonitas curvas para perderse en ellas… era lo que siempre le decía su abuelo…

“Eres igualita que tu abuela cunado la conocí…”

Se sonrió, no podía dejar de pensar en Dani… ¿Cómo reaccionaría cuando la viera? ¿Intentaría coquetear con ella? ¿Le dejaría acercarse lo suficiente? Miles de preguntas tontas se agolpaban en su cabeza, y cuándo se daba a si misma la respuesta que deseaba sus mejillas se encendían, aún bajo el agua caliente…

“Veamos, desayuno, hacer las compras, pedir hora en la peluquería, comer, ir a la peluquería, elegir la ropa… seguir eligiendo ropa, volver a elegir la ropa y… sí, eso es… y besar a Dani… ¿O no? ¿Y si piensa qué soy una fresca? Pero, ¿y si le gusta?”

Con la cabeza hecha un lío, construyendo sueños de una noche perfecta, pasó el resto de la mañana y parte de la tarde, hasta que cerca de las siete, volvió de la peluquería… En cuanto abrió el armario de la ropa, volvió a la realidad… necesitaba algo elegante, sexy pero sin exagerar… Y entre tanta falda y pantalón, casi lo veía cómo una meta inalcanzable…

Estaba cómo un manojo de nervios…

“Vaqueros y camiseta. No, mejor con camisa… más elegante…”

Se dejó caer en el borde de la cama, intentando contener los nervios y serenarse, aún le faltaba una hora…

“Es sólo una chica… No seas idiota, es la chica que estabas buscando…”

Llevaba todo el día igual, nervioso como un flan, diciéndose que no era más que una chica y debatiendo de nuevo, que era algo más que una simple chica…
Hasta su madre estaba preocupada, normal… se duchó con agua fría, se puso en dos ocasiones la camiseta al revés, apenas probó bocado a la hora de comer…

“Cómo para no darse cuenta…”

Por decimonovena vez, volvió a mirarse al espejo; el pelo liso le caía sobre los hombros, echó las manos para recogerlo…

“No, suelto, queda más hombre.”

Sonrió al espejo, que le devolvió la sonrisa…

“¿Preparado Dani? La noche es tuya…”

Recogió el paquetito con el regalo de Paula, no sabía qué comprarle así que le había hecho una pulsera de hilo. Además cómo no sabía en que matar el tiempo y a la vez calmar los nervios, había echo alguna más para dárselas a Lety y a las otras chicas.

“Espero que sean suficientes…”

Cogió la cartera y el móvil casi al vuelo y se sumergió en la noche del viernes… Le quedaban quince minutos para llegar al sitio de la cita… apretó el paso y se confundió con la multitud que llenaba las calles…


“¡Es imposible!”

Llevaba dos horas buscando ropa que ponerse, había probado mil y una combinaciones, pero ninguna le gustaba: unas por demasiado recatadas, otras por demasiado descaradas, otras por ser cutres, otras por demasiado formales…
Tenía la sensación de que no encontraría el conjunto adecuado… El timbre de la puerta la desconcertó… Sus padres no estaban y era demasiado temprano para que Carolina o Paula la viniesen a buscar…

Vaya, vaya, veo que necesitabas nuestra ayuda.

Eran Paula y Carolina, ya vestidas, que veían con horror como Lety aún seguían en pijama…

¿Pero niña? ¡Que ya son las nueve!
¿A qué te dedicas?


Lety sin decir una palabra las guió hasta su habitación, que más bien parecía una tienda de ropa en rebajas…

¿Aún no has elegido?
No…


Paula y Carolina se pusieron manos a la obra…

Desechamos los pantalones, así que guárdalos…
Hace buen tiempo, así que… la mini que te regalamos por tu cumple…
Eso, eso… que no la pones nada… y te queda genial…
Vamos a ver… que más, que más…
Nada de botas, por supuesto… los zapatitos que llevaste a la boda de tu primo…
Sí, que te quedan geniales…
… pero me hacen daño…
Es igual, por una noche…
¿Con qué la tapamos Caro?
Veamos…
Camisa y camiseta, por ejemplo…
Claro…
¿Dónde tienes la camisa negra con la camiseta de tirantes esa tan chula?
… no lo sé…
¡Aquí está!
Venga Lety, despierta y vístete, venga deprisa…


Lety miró el conjunto que sus amigas le habían preparado… Lo había rechazado por ser un poco descarado…

Chicas ¿no es un poco descarado?
¿Descarado?
¿Te gusta Dani?


La pregunta la cogió por sorpresa… durante toda la semana, se había echo muchas veces esa misma pregunta…

Supongo que sí…
¿Supones? Eso sí que no… ¿Te gusta si o no?
No puedes jugar con él… está totalmente coladito por ti.


De repente la sonrisa volvió a la cara de Lety…

Voy a vestirme en un momento…

Ambas amigas se miraron y sonrieron… Sabían que Lety las necesitaba y allí estaban ellas para ayudarla en todo lo que pudieran.

Lety, nosotras vamos tirando, que si no el pobre Dani se va a pensar que lo abandonamos.
Nos vemos en el bar.
De acuerdo chicas, cuidarlo bien…

sábado, abril 22, 2006

Y ahora qué soy

Tengan condescendencia con este post... Acabaré el relato no se preocupen...

¿Y yo ahora qué soy?

Un taburete más del local,
Otro borracho que apoyado en la barra intenta ahogar su desgracia en ron y cerveza,
Una mesa,
Otro iluso que creía en el amor,
Un mechero,
Otro pobre al que no le queda ni euro de corazón,
Un cigarro,
Otro perdido en la gran isla de la ciudad,
Un cenicero,
Otro turista inglés en las costas andaluzas,
Un vaso,
Otro al que le niegan caricias que los ojos desean dar,
Una copa,
Otro que cuando se emborracha es un pesao, pero no así los demás,
Un posavasos,
Otro que no tiene estilo propio,
Una máquina tragaperras,
Otro que se ríe de los que hacen el idiota, aunque nadie más lo vea, porque para ellos son gente divertida,
Una máquina de tabaco,
Otro que cuenta estrellas en lugar de rollos de una noche,
Un bocadillo de lomo,
Otro al que no le importa soñar despierto…

Y te vuelvo a preguntar, ¿Y ahora qué soy yo?

PD: se me olvidaba, me gustaría que en sus comentarios destacasen la gracilidad de mi pluma (sobretodo usted, Bito jejeje)

martes, abril 18, 2006

Relato (VIII)

Este cortito y así dejo el último día en el aire ;)

Lety encontró a sus amigas en el sitio de costumbre. Ellas enseguida la vieron y se prepararon para el interrogatorio…

¿Qué tal con Dani?
¿Le has dicho lo de mañana?
¿Va a venir?


Lety sólo sonrió, había estado todo el trayecto del bus pensando en qué ropa ponerse mañana. Quería estar encantadora para él, pero no quería parecer una cualquiera.

Si, va a venir. Así que espero que no lo atormentéis mucho.
Claro que no. ¿No confías en nosotras?
Sinceramente, no. No me fío mucho de vosotras brujillas.


Todas se echaron a reír, vieron que Lety volvía a estar de buen humor y no tan apagada como la habían visto muchas veces.
Sin embargo, la sonrisa de Lety se borró casi al instante… Óscar su antiguo novio, había entrado en el bar con sus colegas…

Vaya mierda…
Tranquila Pau, no pasa nada.


Óscar la vio nada más entrar y se acercó a ella, aún esperaba en que Lety volvería con él. Es más, confiaba en sus posibilidades.

Hola Lety.
Hola.


Las amigas se sorprendieron. Hacía tiempo que Lety no era tan cortante con nadie… Óscar se sorprendió un poco, pero pensó que simplemente se estaba haciendo la dura.

¿Puedo invitarte a tomar algo? Así hablamos.
Ya estoy tomando algo y estaba hablando con mis amigas hasta que decidiste meter las narices aquí.
Hubiera esperado más simpatía de tu parte. A fin de cuentas, estuvimos juntos.
Un error, eso fue lo que pasó entre nosotros. Un error garrafal por mi parte.
¿Estás segura?


Óscar se acercó más a ella. En ese momento, Paula intervino, evitando que Óscar se llevara una buena bofetada…

Déjala en paz, Óscar. Metiste la pata, así que ahora no vengas llorando. Creo que ha dejado claro que se acabó.

Óscar las miró a todas una por una y se alejó hacía donde estaban sus colegas…

Gracias Pau, le has ahorrado una bofetada.
Lo sé, por eso lo hice, vi tu mirada asesina y decidí hacerle un favor.
Cambiando de tema, Lety, ¿dónde has dejado a Dani?
Fue a jugar un partido, creo que acababa hacia las ocho y media o así.
Vaya, así que también es deportista…
No lo aparenta, pero sí.

Los colores volvieron a enarbolar sus mejillas y todas se rieron. Lety estaba muy contenta, no solo porque le encantaba la idea de que Dani hubiese aceptado quedar con ella, sino porque sus amigas estaban muy interesadas en conocerle.

Pues hablando del rey de Roma…

Lety se giró y vio a Dani rodeado de otros chicos a la puerta del bar…


Dani no sabía muy bien como pero había aceptado ir con ellos a tomar algo al acabar el partido. Esa tarde se habían jugado unas cervezas que debería pagar el perdedor y Dani como buen perdedor iba a cumplir con lo prometido.
Había sido el peor partido de su vida, no estaba al juego simplemente se perdía en los ojos de Lety que veía por todas partes.

Entraron y se sentaron en una mesa, unos cuantos de sus compañeros se fueron derechitos al futbolín, sin embargo, él se quedó en la mesa esperando las cervezas. Al echar una ojeada a su alrededor descubrió a Lety y a sus amigas en una mesa. Ella estaba de espaldas, así que pensó que sería divertido darle una sorpresa. Se levantó y se dirigió hacia la otra mesa…

Aquí viene Lety…
Ya nos ha visto…
Pues sí que está mono…


Justo cuando se acercaba a ella, Lety se giró y le sonrió, él la saludó con una sonrisa. Dani llevaba el pelo suelto, no tenía melena pero si un poco largo, además estaba aún mojado de la ducha…

“Está muy guapo con el pelo así…”

¡Hola Dani!
¡Hola Lety y compañía!


Cogió una silla y se sentó al lado de Lety. Óscar desde la barra no le quitaba el ojo de encima al recién llegado, no le gustaba las confianzas que tenía con “su” chica.

¿Qué tal el partido?
Bueno… bien.
¿Ganaste?
No, desgraciadamente perdí.


Dani puso tal cara de tristeza que todas las chicas empezaron a reírse…

Bueno hombre, no es para tanto…
Claro que no, ahora me toca invitar a una cerveza…
¿Por eso habéis venido?
Exacto.


Mientras hablaban uno de los amigos de Dani se les acercó…

¡Eh Dani! ¿Echas una partida?
No, no me apetece…
Venga, tío… Nunca quieres la revancha. ¿No será qué tienes miedo?
Sabes que no te tengo miedo… Mañana.
¿Prometido?
Prometido.


Ambos se echaron a reír.

Por cierto, Dani, es muy bonita.

Le guiñó un ojo, al tiempo que, tanto Lety y Dani enrojecían.
Cuando se iba a marchar, Paula lo cogió del brazo…

Perdona, ¿Juega bien?
Al futbolín es muy bueno y a fútbol no juega mal… Pero hoy estaba ido, por eso perdimos, normalmente con Dani siempre ganamos, pero hoy estaba pensando en otra cosa…
Tal vez en una chica ¿no?
Sí, estaba pensando en esa chiquilla con la que está hablando.


El chico se marchó y Paula se recostó en su silla, mientras veía como Dani y Lety hablaban y se reían…

“Por fin ha encontrado al chico adecuado”


Bueno Lety, yo me voy. Me esperan en casa para cenar…
Vale…

Dani se levantó y cogió la mochila, cuando iba a irse, Paula lo llamó…

¡Dani!

Éste se giró…

¿Si?
Mañana celebro mi cumple, así que si te quieres pasar estaremos por aquí.
Por supuesto, ya me lo había dicho a Lety.
Entonces, nos vemos mañana.
Hasta mañana.

Se agachó junto a Lety y le dejó un beso en la mejilla. Lety quedó sorprendida y tardó un rato en reaccionar. Sus amigas murmuran entre sí y se sonreían…
Lety estaba sumida en una burbuja de felicidad que le duró hasta que se echó en la cama esa noche…

domingo, abril 16, 2006

Y dime

“Y dime, de todas ¿Cuál te gusta? Que te la presento sin problemas.”

Mirada de soslayo alrededor, para encontrar montones de faldas, pantalones, camisetas ajustadas dibujando curvas que los ojos recorren, una y otra vez…

Y en cada esquina empieza el juego de risas cómplices, de bailes, de miradas borrachas del brillo de los otros ojos…
El beso culmina el juego, el roce de labios que se amoldan perfectamente como piezas de una máquina bien engranada, ahora te dejo con las ganas, ahora me acerco sutilmente, ahora tu no quieres, ahora sí…

“¿Te decides?”
“¿Y si me arriesgo contigo?”


La camiseta de ángel, el roce celestial de labios ávidos de sed… pidiendo pecado en cada movimiento, y yo perdido en tu risa, en el brillo de los ojos, buscando que me devuelvas los pecados de mis labios…

Y cuando el sol rompe la noche, te desvaneces de mi lado, volando hacia tu nube, dejando tras de ti a un triste pecador que sabe que no te volverá a encontrar…

martes, abril 11, 2006

Relato (VII)

Después de esto, ya queda menos para el final... ¿Lo esperais? :D

Al día siguiente, en la facultad, todo el mundo comentaba el hecho de que Leticia, una de las chicas más guapas de la facultad (había quedado cuarta en una medio encuesta realizada por un grupo de chicos) anduviese con un tipo raro como era el chico nuevo. Dani tuvo que hacer acopio de toda su paciencia y resignación para aguantar el aluvión de miradas y susurros que le seguían como su sombra.

A la segunda hora, Lety echó más lecha a la hoguera de los chismorreos, invitándole a sentarse con ella y sus amigas. Dani no rehusó, pero se sentó una fila por detrás; lo que provocó que a la hora siguiente, Lety se sentase a su lado.

Vas a acabar provocando un incendio de habladurías.

Lety se encogió de hombros y le sonrió…

No te preocupes, ya se cansarán.
Me han comentado unos chicos, que estás considerada como la cuarta chica más guapa de la facultad.
¿De verdad?
Eso me han dicho.
¿Y tú qué opinas?


La pregunta quedó en el aire, y las miradas de ambos se enfrentaron…

Qué deberías haber quedado la primera…

Dichas esas palabras, tanto Dani como Lety, se sonrieron a la vez que sus mejillas empezaban a adquirir un tono rojizo; sin embargo, el profesor que empezó a dar clase los hizo olvidarse de sus cosas y concentrarse en la clase.

Pasaron el resto de la clase sin hablar, dani perdido en sus pensamientos y Lety cogiendo apuntes. Cuando por fin, el timbre los liberó de un día más de clase, un suspiro general inundó el aula.

Menos mal, pensé que me iba a dormir.
Ya me he dado cuenta.
¿Cómo tienes la mano?


Lety le miró sin comprender…

Llevas copiando 50 minutos sin parar, debe dolerte… A mi me dolería.
Jejeje!! Se nota que no estás acostumbrado a coger apuntes…


Salieron juntos de clase. Por detrás de ellos, las amigas de Lety cuchicheaban en voz baja.

Hacen buena pareja.
La verdad es que parece simpático.
Y no está nada mal…


Dani y Lety hablaban un poco más adelantados…

¿Dónde te apetece ir a comer?
Por mi, volvía a tirarme bajo el árbol de ayer.
Vale. Vamos a por los bocadillos.


Dicho eso, Lety se encaminó hacia la cafetería.

¡Lety, estaremos por la tarde en el bar. Pásate cuando salgas de prácticas!
¡De acuerdo Pau. Hasta luego!


Tras despedirse, Lety volvió sus pasos hacia la cafetería, mientras tanto Dani la siguió a cierta distancia.
Llegaron a la cafetería en el momento justo en el que empezaba a llenarse de gente, así que tuvieron suerte y pidieron los primeros.
Mientras esperaban sus bocadillos, un chico al que Lety no conocía se acercó a Dani.

¡Dani!
¡Marcos! ¿Qué haces por aquí?
Te estaba buscando, como perdí el móvil no tenía tu número a mano.
Bueno, pues aquí estoy, tú dirás…
¿Vienes a jugar hoy?
Si, claro, cuenta conmigo.
Nos vemos a las seis y media dónde tú casa, tenemos cancha para las siete y media.
Vale, pero tengo prácticas, así que igual llego un poco tarde.
¿A qué hora sales?
Hacia las cinco y media, más o menos.
Te recojo aquí arriba, que tengo que hacer unas cosas.
Vale, perfecto.
Bueno pues te dejo, chico. Hasta la tarde.
Hasta luego.


El chico se alejó y Lety lo siguió con la mirada, cuando lo hubo perdido, comenzó a abordar a Dani con preguntas, pero el camarero la interrumpió, ya que estaban sus bocadillos. Los cogieron y tranquilamente se encaminaron hacia el mismo árbol bajo él que Dani había comido el día anterior. Se sentaron y comieron en silencio.
Poco después de acabar su bocadillo y con Dani ya recostado a la sombra, Lety soltó su interrogatorio.

¿Quién era ese chico?

Dani que estaba dormitando, abrió un ojo y la miró…

¿Marcos?
Si, el chico de la cafetería.
Es Marcos, lo conocí cuando llegué aquí. Vive cerca de mi casa.
¿Cómo lo conociste?
Bueno… un viernes de fiesta estuve jugando con él al futbolín, les faltaba uno y yo no tenía ganas de aguantar a los compañeros de clase con los que había salido.

Lety asintió, sin embargo Dani continuó…

Pasé la noche de comedia con él y sus amigos y ahora de vez en cuando voy con ellos a jugar a fútlbol-sala al polideportivo.
¿Juegas al fútbol?
Jugaba…
¿Eras bueno?
No… del montón…
No sé por qué pero no te creo…
Créeme, de pequeño me daba miedo darle al balón de cabeza.


Lety le miró con incredulidad, pero al ver la mirada divertida de Dani, no tuvo más remedio que reírse.

Ahora cuéntame algo sobre ti… Porque me estoy dando cuenta de que no sé nada de ti…

Lety asintió con la cabeza, sin dejar de sonreír.

Pregunta lo que quieras.


Dani dudó unos instantes…

¿Cómo acabaste liada con ese tal Óscar? En el fondo parece que no le tenías ningún aprecio…
Buf... Ya sabes, él estaba bueno, mis amigas insistían y yo simplemente me dejé llevar…
Entiendo…
Aún así aguanté mucho tiempo con él. Tuvimos un par de peleas gordas, porque me contaban que me había puesto los cuernos, pero siempre venía pidiéndome perdón y con algún regalito, así que…


Lety se encogió de hombros… Dani decidió cambiar de tema, no quería seguir por ese camino, porque igual conducía a algún tema que no quería tocar. Sin embargo, cuando iba a abrir la boca, Lety se le adelantó…

¿Y tú qué? ¿Novia, amiga con derecho a roce?

Dani sonrió, a pesar de que era ese tema el que quería evitar…

Hubo alguna novia de más crío y tuve alguna amiga con derecho a roce, sin embargo, nada serio.
¿Eso es todo?
Pues si… ¿qué esperabas?
No lo sé, suponía que tenías a tu amor en la ciudad de la que vienes y que te espera para pasar el verano juntos y esas cosas…

El tono melodramático de Lety hizo que Dani empezara a reírse… Cuando se repuso y contestó, fue sincero al cien por cien…

Dejé a mi amor en mi ciudad como tú dices…
Lo sabía.
Pero seguramente ella no opina lo mismo.
¿Qué quieres decir?
Para ella, se fue su mejor amigo…
Entiendo… No se lo dijiste…
Nunca me atreví a hablarle cara a cara, supongo que me aterrorizaba un “no” por respuesta… o tal vez, perderla como amiga… No lo sé…
¿Y ella intuiría algo?
Creo que sí. Todo el mundo creía que éramos pareja, así que supongo que se notaría bastante que la quería…
¿Cómo se llamaba?
Claudia… Más o menos como tú de alta, pelo rizado y oscuro, ojos marrones… Era simpática, cariñosa, una romántica empedernida…


Dani se quedó callado durante un momento… Aún sentía los dos últimos besos que le dio Claudia antes de despedirse. Lety, también se quedó callada, mirando para Dani que tenía la mirada perdida, como recordando algo. Decidió que era el momento…

¿Dani? ¿Estás?

Dani la miró con una sonrisa en la cara…

Claro. Dime.
Esto… Mañana es el cumple de Paula, una amiga mía, la pelirroja que se sienta mi lado… Y bueno… yo… tú…


La mirada de Dani no la ayudaba nada. Se sentía tonta, poniéndose tan nerviosa, nunca le había pasado, pero con Dani era distinto…

Que… Si mañana no tienes nada que hacer, podías pasarte para tomar algo conmig… digo con nosotras.

Dani se quedó pensativo. No podía creer lo que le había propuesto Lety, estaba dispuesto a aceptar, pero de repente un miedo al que dirán se lo impidió.

Bueno, ¿qué dices?
Hum…
No quiero ponerte en un compromiso, así que si no tienes ganas, no te preocupes.


Lety bajó la mirada y Dani comprendió que no podía dejarla escapar…

De acuerdo, me pasaré.

Instintivamente Lety se echó en sus brazos… Rápidamente, nada más darse cuenta, se separó de él, roja como un tomate. Dani se quedó sorprendido por la reacción de Lety y se quedó con cara de tonto…
Fue Lety la que recuperó la compostura…

Será mejor que vayamos a prácticas, que es la última.
Si, será lo mejor.


Se pusieron de camino al laboratorio y para no romper su record, volvieron a llegar los últimos…
La práctica fue muy amena y distendida, al ser la última el profesor los dejó marchar más temprano de lo normal.
Lety y Dani se despidieron en la puerta de la facultad. Lety se iba en una dirección a coger el bus y pasar a ver a sus amigas y Dani en la otra para buscar a un amigo que iba a jugar con él.

Nos vemos mañana, en la plazuela de la fuente, ¿sabes dónde es?
Por supuesto.
Vale, pues hasta mañana y ponte guapo.
Hasta mañana.


Lety dejó dos besos en sus mejillas y se marchó, estaba contentísima, esperaba con ansiedad la llegada del viernes, deseaba pasar la noche con Dani…

Dani se quedó parado viéndola marchar, se parecía tanto a Claudia que estaba asombrado; ambas tenían esa facilidad para hacer que alguien se sintiese a gusto a su lado, siempre con una sonrisa en la cara. Además ambas eran bonitas y lo sabían…

Alguien sacó a Dani de sus pensamientos…

¡Eh Dani, venga sube que no llegamos!
Voy, Marcos, voy.
¿Qué tal las prácticas hoy?
Era la última, así que fue bien. ¿Y tu qué tal?
Genial, aprobé la asignatura que tenía colgando desde primero.


Ambos se echaron a reír…

¿A qué hora jugamos?
A las siete y media.
Entonces, tenemos tiempo de sobra.
Si, pero date prisa anda.


Dani hizo la mochila en un momento… En apenas cinco minutos, estaba otra vez en el coche de Marcos y se dirigieron al polideportivo para jugar el partido...

lunes, abril 10, 2006

Y ahora...

Y sus ojos habían perdido el brillo de antaño...

Y aquella noche ya no era la niña indomable que había sido...

Y ahora estaba hundida en un taburete, besando en ocasiones a un extraño que ya no reconocía...

Y mirándose al espejo ya no se reconocía, ya no encontraba ese rastro de felicidad que le iluminaba la cara y la hacía sonreir...

Y ahora sólo quedaban discusiones casi a diario, malas caras y reproches...

Y ahora más que nunca me guardo de aquellos ojos que en más de una ocasión me hicieron soñar, me hicieron sentir, me hicieron llorar y me hicieron vivir...

jueves, abril 06, 2006

Relato (VI)

Este es un poco más largo, creo que os lo habeis merecido jeje :D

¡Si te quedas más tiempo ahí te vas a derretir!

La voz de dani la sacó de sus pensamientos. Le vio tumbado contra el árbol y agitando una mano para que se acercara.

“A la mierda, lo que piensen los demás.”

Se acercó casi a la carrera, y se sentó a su lado a la sombra del árbol. Dani le dejó sitio para que se apoyara en el tronco y ella así lo hizo.
Se produjo entre ambos un silencio, no un silencio tenso, sino un silencio que ninguno de los dos sabía como romper...

Esto…
¡Vaya!


Ambos se miraron y rompieron a reír…

Que a gusto se está aquí. Podía pasarme toda la tarde aquí tirada.
Eso mismo pensé yo.


Sus miradas volvieron a cruzarse…

¿No sabía qué tu y tus amigas faltabais a clase?
¿Ah no?
No, pensé que antes muertas que faltar.


Lety esbozó una gran sonrisa…

Pues ya ves, nos has juzgado mal… Bueno, en realidad, he sido yo la hostigadora para pirar toda la mañana.
¿Y cómo te las has arreglado?
Bueno… Las he chantajeado con un notición de portada.


Dani se incorporó un poco y la miró con aire interesado…

¿Tu comida con el rarito?
No, eso ya no es una primicia.
En eso tienes razón. En clase, nadie me quitaba el ojo de encima. Y ahora mismo estamos alimentando el rumor.


Le hizo un gesto y Lety siguió el gesto de Dani hasta un grupo de chicas que iban con ellos a prácticas y a clase y con las que Lety había salido algún sábado de fiesta.

Supongo que mañana todo el mundo sabrá que estamos liados.
¿Tan optimista eres?
Viéndonos así juntos… Pueden ser muy pérfidas esas brujas.
¡Jajaja! Y yo qué pensaba que eran tus amigas…
Yo no he dicho que no lo fueran. Sólo he resaltado un rasgo muy importante de su personalidad.

Dani no podía más y Lety tampoco, estallaron en risas, sorprendiendo a un grupo de chavales que estaban jugando a las cartas cerca de ellos.

No me lo puedo creer…
¿El qué?
Que fueses así…
¿Así cómo?


Sin dejar de sonreírle, Dani se enfrentó a sus ojos…

Simpática, agradable… No sé, tengo la sensación de conocerte desde hace mucho tiempo y en realidad, no sé nada de ti.
A mi me pasa lo mismo. Aunque yo sé que te mudaste este año, porque tu mami se cambió de instituto.


Lety no sabía muy bien como seguir la conversación. Podía animarlo a que le preguntase cualquier cosa, pero no se sentía con fuerzas, porque seguramente tocarían el tema de Óscar…
Sin embargo cuando Dani, le pregunto…

¿Puedo preguntarte algo?
Adelante…
¿Cuál fue la primicia qué le diste a tus amigas hoy por la mañana?

Lety decidió ser sincera y contárselo todo. Tal vez cometiera un error, tal vez no… pero Dani le inspiraba confianza y para ella era suficiente.

Bueno…
No contestes si no quieres. Era sólo por curiosidad.
Tranquilo. Lo dejé ayer con mi novio.


Dani se quedó unos instantes mirándola. Una pregunta le quemaba en los labios ”¿por mí?” y a punto estuvo de salir pero se contuvo. No venía a cuento, además no era el momento adecuado para esa clase de pregunta.

Lo siento…
No lo sientas, mejor así. Era un auténtico idiota.
¿Llevabais mucho juntos?
Hacíamos ayer dos meses. Pero ya habíamos estado antes… Ya sabes, ahora sí, ahora no…
Entiendo… ¿Fue él quien te llamó por teléfono, cuando salimos ayer de prácticas.?
Sí. Quería felicitarme, incluso me había comprado una falda preciosa que había visto en una tienda y que me encantaba…
¿Pero?


Lety suspiró…

Pero, el muy cabrón aprovechó para colarme que había estado con su ex el sábado, después de que yo me fuera para casa.
Y quería comprar tu perdón con un regalo…
Sí, es muy típico de Óscar. Cada vez que metía la pata, me compraba algo y ya estaba arreglado. Al principio, me gustaba que hiciera eso, me sentía querida por él.
Además de la envidia de casi todas las chicas.


Le miró y él le guiñó un ojo…

¿Por qué lo dices?
Os ví alguna vez a la salida de clase, cuando te venía a buscar. Y hay que reconocer que estaba muy bueno…
Dani, ¿crees de verdad qué estaba bueno?
Hombre… lo creo. Es el prototipo de tío que os gusta a vosotras. Chico de gimnasio, atlético, elegante, rayando el mal gusto, pelo engominado y una sonrisa irresistible y unos piropos dulces y cariñosos…


Lety no podía más, estaba muriéndose de risa. Dani estaba recitando muy seriamente todas las cualidades por las que él consideraba que Óscar estaba bueno y le asombraba y a la vez divertía, saber que eran las mismas que ella había destacado en Óscar.

¡Para, para!
¿Por qué? ¿Ya son suficientes?
Lo son… ¿Ahora querrás enumerar sus defectos?

Dani dudó unos instantes…

Veamos… Hablo sin conocimiento de causa, pues no he intimado lo suficiente cómo para conocer a uno de esos profundamente.
No te preocupes, yo te ayudo.
Prepotencia, afán de superioridad, os ven como pura mercancía…
Nos mienten, nos tratan como a cualquieras, juegan con nuestros sentimientos, son cretinos, chulos…
No sigas. Vamos a dejarlo aquí. Pobre Óscar, lo has dejado guapo…
Tu tampoco lo haces mal, harías buenas migas con mis amigas.


Dani la empujó cariñosamente, miró el reloj y se levantó casi de un salto…

No sé con tus amigas, pero si volvemos a llegar tarde, el que nos hará migas será el profesor de prácticas, que ya no me acuerdo ni como se llama.
Estévez. Pues espabila…

Como el día anterior, llegaron con la lengua fuera, cuando ya todo el mundo había entrado al laboratorio, por suerte para ellos, el profesor no había echo acto de presencia y una becaria les iba a dar la práctica de ese día.

La práctica era interesante. Tenían que coger las bacterias que habían sembrado el día anterior y hacerles unas cuantas pruebas bastante sencillas para luego, en base a los resultados clasificarlas en uno u otro grupo.

“Es encantador, un cielo… No, no y no… A Paula le encantará, eso seguro… ¿Y a las demás? Que se lo tomen como quieran, pero el viernes le invito para que venga a tomar algo conmigo…”

“Vaya imbécil el Óscar, no sabe lo que se pierde. Es una chica fantástica… No, déjalo, es inalcanzable… y lo sabes… tal vez no esté tan lejos…”

La clase les pasó volando, y apenas sin darse cuenta, estaban caminando hacia la parada del autobús.
A pesar de haber salido temprano, llegaron justo cuando el autobús enfilaba la calle y se acercaba a la parada.

Hasta mañana Lety.
Hasta mañana.

Se puso casi de puntillas y le besó en la mejilla. Acto seguido se subió al bús, se sentó y se despidió de él con la mano. Cuando el autobús lo dejó atrás, Lety se recostó en su asiento y sonriendo perdió sus pensamientos en Dani y en lo que diría Paula cuando se lo contase.

Pasaron unos buenos cinco minutos, hasta que Dani reaccionó, aún tenía la mano levantada en señal de despedida, mientras que la otra sujetaba la mejilla donde Lety le había besado.
Lentamente empezó a caminar para casa y poco a poco una extraña sensación de paz y felicidad lo fue invadiendo…

“Ya no es inalcanzable…”


Aproximadamente un cuarto de hora más tarde de haber dejado a Dani, Lety se posó del autobús en el que viajaba y se dirigió hacia el bar que frecuentaban ella y sus amigas casi todos los días de la semana.
Era un pequeño bar, con pinta de cafetería pero que en un abrir y cerrar de ojos, bajando un poco las luces y subiendo la música, se convertía en el sitio ideal para empezar una noche de fiesta.
Al entrar encontró a sus amigas en la mesa de siempre, junto al ventanal que daba a la terraza y desde la que daban buena cuenta de todo aquel que entrase en el bar o que se dirigiese a jugar al futbolín que estaba fuera.

“Una posición privilegiada para hablar de cualquiera.”


Paula fue la primera que la vió…

¡Lety, estamos aquí!

Con un gesto afirmativo, Lety se dirigió primero a la barra y después, con una cerveza en la mano, se fue a sentar con sus amigas.

¿Qué tal la comida?
Eso, eso, cuenta…
¿O tal vez sólo tomaste postre?


El bombardeo de preguntas fue tal, que Lety cerró los ojos rogando que la sacasen de allí; por suerte para ella Paula salió en su defensa.

Chicas, tranquilas, nos lo contará todo. Pero dejarla respirar.

Lety dio un largo trago a su cerveza y se quedó un rato recostada en la silla, mientras rememoraba su conversación con Dani antes de ir a prácticas…

Creo… creo que me está empezando a gustar…
¿¡Quéee?!


Todas sus amigas la miraron entre aterradas y complacidas. Sabían que Lety había pasado malos momentos con su ex, así que por un lado querían que fuese feliz de una vez pero por otro lado, temían que Dani fuese igual que Óscar.

Es muy simpático y agradable. Me pasé casi todo el rato riéndome con él. No sé chicas…

Suspiró. Las demás la miraron enternecidas…

¿Y a qué esperas para traerlo?
Estaba pensando en avisarlo para el viernes, como es tu cumple Pau…
Por mi no hay problema…
¿Y a vosotras qué os parece?


Lety miró una a una al resto de sus amigas…

Lety, haz lo que quieras. Si estás interesada en él, traelo. Además, nos gustará conocerle.

Lety sonrió, y volvió a recostarse en la silla. Había sido fácil, estaba esperando otra reacción por parte de sus amigas, pero todas habían dado su visto bueno. Ahora sólo faltaba decírselo a Dani. No sabía si iba a aceptar o no, pero… tenía que intentarlo.



Dani llegó a casa, más rápido de lo habitual, además parecía que llevaba tatuada una sonrisa en la cara.

“Menos mal que sonríe… Esa chica ha sido mi salvadora”

La cena fue nuevamente normal, discusión entre padre e hijo sobre la liga de fútbol y cómo no, también sobre política. Al final cada uno se fue a su habitación enfadado.
La madre, metida en medio de la tormenta, suspiró aliviada de que poco a poco su vida fuese volviendo a la normalidad.

domingo, abril 02, 2006

Relato (V)

Este es cortito, para que no os aburrais mucho jeje!!

Al día siguiente, Dani llegó a la facultad a media mañana, había tenido que arreglar unos papeles sobre el traslado de su expediente y estuvo bastante atareado. Cuando entró en clase, comprobó que todo el mundo sin excepción le miraba.

“Vaya por diós, ¿ya se habrá corrido la voz? En fin…”

Suspiró y con aire de resignación ocupó su lugar en la clase. Estaba bastante molesto, las miradas insistentes del resto de compañeros no hacían sino agravar esta molestia que arrastraba desde que puntualmente a las nueve dio los buenos días a una de las múltiples secretarias que había visto a lo largo de la mañana…

“Papeleo, papeleo… menos mal que no era para pedirles dinero que sino…”

Lety y sus amigas no estaban en clase, llevaban toda la mañana en la cafetería de la facultad intentando convencer a Lety de que lo mejor sería que no se tomase ninguna confianza más con el “rarito”.

¡Chicas! No lo llameis así. Se llama Dani y es un buen tio.
¿Segura?
Yo no me fiaría mucho…
Vamos chicas, no es para tanto… Es muy simpático y agradable, además puedo deciros que a su lado las horas pasan volando.


Las caras de sus amigas se torcieron en verdadera sorpresa, no podían creer lo que ella decía…

¿Agradable?
¿Simpático?
¿Qué te pasa todo muy rápido a su lado?
¿Estas loca?
¿Y Óscar?
Óscar es agua pasada. Ayer discutimos cuando salí de prácticas y le mandé tomar vientos.
¿Qué?
Lo que oís, me llamó para felicitarme porque hacíamos dos meses juntos…
¡Vaya detalle!
Para que luego te quejes…
Si, pero el muy falso, me soltó que el sábado se había enrollado con su ex, que si estaban borrachos, que si no sabían muy bien lo que hacían…


Ninguna de sus amigas daba muestras de creer ni una palabra de los supuestos cuernos, para casi todas Óscar era el prototipo de hombre perfecto… aunque Paula, una de las primeras amigas de Lety en la facultad arrugó la nariz y exclamó…

¡Si será cerdo! Pues como te has deshecho de él, tal vez puedas intimar un poco más con Dani. Parecerá rarito, pero no está del todo mal el chiquillo.

Le dio a Lety un codazo amistoso y ésta se puso roja como un tomate…

Paula….
¡Jejeje! Así que ya has pensado en él, ¿eh?


Todas se rieron, en el fondo, sabían que Lety iba a hacer lo que le viniese en gana, así que la conversación se centró en los últimos cotilleos de la ciudad….


Las dos clases se le hicieron eternas, no había rastro ni de Lety ni de sus amigas; en realidad, no le importaba mucho, pero por alguna extraña razón era incapaz de dejar de pensar en ella.

El timbre, dando por finalizada la última clase, le indicó que era la hora de comer, que por fin se había acabado el martirio.
Bajó tranquilamente hasta la cafetería, no le apetecía estudiar, y quizás Lety estuviese allí.

Nosotras nos vamos a casa; ¿bajas Lety?
Hummm…. Si. Ya subiré después.


Cuando se dirigían a la puerta, Paula susurró…
Lety… mira quien viene por ahí.

Lety levantó los ojos y vio a Dani… Éste a su vez también la vio, pero al ver que iba rodeada de amigas, se limitó a saludarla con un gesto de la cabeza, apenas esbozó una sonrisa…

¡Vaya desagradable!
No se lo tengáis en cuenta, os tiene terror.


“Así que estaba aquí… Bueno supongo que irá a casa a comer… Ya la veré después…”

Pidió un bocadillo en la cafetería y se dirigió al pequeño parque que había enfrente de la facultad. Hacía buen día así que podía sentarse a la sombra de algún árbol a comer tranquilamente.

Lety, ¿por qué no te quedas a comer?

Paula y ella se habían rezagado un poco, lo que había aprovechado su amiga para hacerle la pregunta en voz baja…

No supo que responder... Por un lado no le gustaba nada ser el centro de los cotilleos de sus amigas, porque éstas podían despellejar a cualquiera en un instante; sin embargo por otra parte, quería conocer a Dani…

No lo sé… Yo…
Pues yo sí lo sé. Tienes miedo.
¿Qué? No, yo no…
Tranquila, no hace falta que te hagas la dura conmigo. Sé que ese chico te parece interesante y serías tonta si no pasases más tiempo con él.
Pero…
No hay “peros” Lety. Los tíos como Óscar no son para ti, lo sabes. Así que date la vuelta y quédate a comer.


“Me quedaría aquí tirado toda la tarde”

Dani se había acomodado contra el tronco de un árbol y entre el sopor que le invadía después de comer y el fresco de la sombra del árbol, se quedó medio dormido.

No pudo ver que Lety, a escasos diez metros de él, dudaba entre acercarse o no. Estaba indecisa. Había seguido el consejo de Paula de quedarse a comer, pero ya no sabía qué hacer. Ayer, se había despedido de Dani de manera muy fría, y hoy no había echo nada por verle, ni siquiera le sonrió cuando se cruzaron en la cafetería.

“¿Qué pensará de mí? Que eras una borde niña de papá. Seguramente, además quizás tenga razón. No digas eso. Hazle cambiar de opinión.”

Seguía allí de pie con la mirada perdida, cuando Dani abrió un ojo y la vió. No hizo ningún tipo de movimiento, pero por dentro estalló de felicidad.

“Vaya, ahí está…”