AHÍ QUEDA ESO....

Una islita de las cosas que nunca se dirán...

Nombre:
Lugar: Asturias, Spain

viernes, octubre 31, 2008

Conversación en el fondo

- ¿Estás por ahí abajo?
- Sí.
- ¿Y qué coño haces ahí metido?
- Llorar.
- ¿Cómo una nena?
- Algo parecido.
- Tú eres imbécil.
- ¡Eh! No te pases que formas parte de mí.
- No por mucho tiempo.
- ¿Y eso?
- Pues que he pedido el traslado, ya he firmado los papeles.
- ¿Traslado? ¿A dónde? ¿Cuándo?
- Me voy a otra cabeza en cuanto te saque de este agujero.
- ¿Pero por qué?
- Vamos no llores, porque eres un cobarde y un niñato que sólo sabe lamentarse sin mirar más allá de sus narices.
- No empieces, que no estoy para que me torees.
- Huy, que se enfada el pequeñín.
- ¿Vas a descargar la frustración conmigo? Como no lo puedes hacer con ella…
- Sería una buena idea.
- Pues déjate de tonterías y sale de ahí, cobardica.
- ¡No me toques las narices! Además todo esto es culpa tuya.
- ¿Mía? No me digas, ¿y de qué se supone que tengo la culpa?
- De qué esté así.
- Bueno, bueno, ¿y todo por qué te dijo que tenía novio?
- Sí.
- ¡Vamos hombre! Ya tuvo más novios.
- Lo sé, pero si me lo dijo es porque es importante para ella.
- ¿Y no te alegras?
- ¿Debería?
- ¡Por supuesto imbécil! Es tu amiga.
- No…
- ¿Cómo qué no? ¡Sí! ¡Sí que lo es! Y permíteme recordarte que es de las mejores, sino la mejor que tienes.
- No…
- Así que sale de ahí y llámala ¡Yaaaa!
- No quiero saber nada de ella…
- Eso te pasa por hacerte ilusiones. Además ella ya te había dado a entender que sólo serías su amigo.
- Pero…
- Ya sé; pero como estaba sola, siempre tuviste esperanzas y construiste sueños.
- Sí…
- ¡Pues ahora te jodes y te aguantas!
- ¡No quiero!
- Anda, ¡déjate de tocarme los huevos que no tengo y sal de una puta vez de ahí!
- ¿Dices tacos?
- Claro, es que tienes cosas de idiota; no te alegras, cuando sabes todo lo mal que lo pasó; le das la espalda, cuando ella ya dejó claro que te quería a su lado y te metes aquí para que no pueda marcharme a otro lado.
- ¡Eso no es verdad!
- ¿Ah no? ¿Y qué es verdad?
- No lo puedo imaginar; no puedo pensar que besa a otro, que abraza a otro, que se ríe de las gracias de otro, que duerme abrazada a otro… ¡Es superior a mi, no puedo!
- Pues no lo pienses.
- Pero no será fácil cuando la vea; por eso no quiero verla.
- No tienes remedio; trágate tus tonterías y sal de ahí. Llámala por teléfono, queda con ella y dile que te alegras mogollón por ella, que esperas que le vaya todo genial.
- No puedo…
- Entonces, es que no la querías tanto…
- ¿Cómo que no?
- Si tanto la quisiste, alégrate por ella, porque será feliz.
- Yo también la hice feliz…
- Seguro que sí y ella lo sabe. También te portaste bien con ella, nunca le hiciste daño, siempre estuviste ahí. ¿Sabes? Los recuerdos bonitos perviven; así que no le dejes un mal recuerdo.
- Pero…
- No hay “pero” que valga; llámala, hazme caso por una vez. A fin de cuentas es ella, es la misma que un día te hizo feliz…

Poned atención: un corazón solitario no es un corazón.
Antonio Machado

viernes, octubre 24, 2008

Preguntas

“¿Por qué ya no escribes?”
Me mira, la miro, nos miramos; pero como siempre sus ojos me acobardan y me quedo callado. Se levanta despacio, se viste y me sonríe desde la puerta del baño.

“¿Quizás has perdido a la musa?”
Quizás, tal vez no, tal vez sí… No lo sé, quizás soy yo y no ella. Sin embargo, creo que sólo necesito tiempo y no una musa, ya que con una me sobra y me basta para malescribir unas cuantas líneas.

“¿O se te han acabado las ideas?”
Niego con la cabeza, aunque sólo se me ocurre susurrar “falta de tiempo” y “mala época”. A pesar de los susurros, parece que éstos no la han convencido del todo.

“¿Por qué ya no me escribes cosas bonitas?”
A mi cabeza acuden una serie de argumentos que nunca le diría en voz alta; no me gustaría herirla. Además, aunque fuese capaz de hacerlo, dudo de que tuviera el valor para llevarlo a cabo.

“¿Es qué ya no sabes qué decirme?”
Se me ocurren muchas cosas, pero no parece que le importen, así que no es necesario gastar saliva en balde, ni tan siquiera unas gotas de tinta de boli bic, que hay que cuidar el bolsillo que la economía está cuesta abajo.

“¿No creerás qué ya no me gustan tus palabras?”
Pues sí lo creo y no entiendo como ni tan siquiera eres capaz de preguntármelo. A lo mejor durante el verano, sí que te gustaban; pero ahora ya no lo creo. Por ello, mejor dejar mis palabras en el tintero, por si las necesito para otra ocasión.

“Ya sabes esta ha sido la última vez, que no tenemos cabeza y tú sólo eres un amigo muy especial”.
Deja la frase en el aire y sólo el portazo la da por terminada.

Te digo adiós y acaso con esta despedida mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en tí..

martes, octubre 21, 2008

Reinicio

Todas las cosas ya fueron dichas, pero como nadie escucha es preciso comenzar de nuevo”.
André Paul Guillaume Gide (Paris, 22 de Noviembre de 1869 - Ibidem, 19 de Febrero de 1951). Premio Nobel de Literatura en 1947.

La etiqueta con la frase queda bien; ahora toca llenar la libreta con letras, con palabras que enganchen otra vez. ¿Seré capaz? Sólo vosotros y el tiempo lo dirán…