El perfecto error
Fue un perfecto error, el más perfecto error que un ser imperfecto como yo pudo cometer.
Metí mis imperfectas narices en una vida perfecta, con chico perfecto y chica perfecta, donde el amor era perfecto.
Pongan perfecta atención, que les narro mis perfectas venturas, transformadas en un perfecto error, en un error de perfecto bulto, más o menos como yo.
Era la chica perfecta, y lo es, de un rubio casi perfecto... y con unos ojos marrones en los que perfectamente uno se perdia en ellos. Su sonrisa casi perfecta, encandilaba con entrenada perfección a quien la veía. Para rematar la obra casi perfecta, estaban sus curvas, sensuales, marcadas y perfectamente recorridas por manos y labios propios y extraños.
Y todo era perfecto, hasta que claro, dejó abierta la puerta de su perfecta vida, y la imperfecta manía de dar sin pedir, hizo que ella, con toda su perfección entrará en mi imperfecta vida.
Pero no crean que nada más entrar, perfectamente se largó, sino que para mi perfecta estupefación se asentó.
Claro que todo lo imperfecto, a veces se convierte en perfecto, pero siempre le quedará el "im" por ahí colgando; así que como vino, se fue. Sin desastres, con perfecta educación, procurando llevarse toda su perfección sin dejar nada en mi imperfecta vida.
Ahora sólo me queda que al empezar otra perfecta relación y que vuelva a ser tan perfecta o pluscuanperfecta, de vez en cuando, un rayo de imperfección le haga acordarse de mi, de aquel imperfecto que la hizo sentirse feliz...
Metí mis imperfectas narices en una vida perfecta, con chico perfecto y chica perfecta, donde el amor era perfecto.
Pongan perfecta atención, que les narro mis perfectas venturas, transformadas en un perfecto error, en un error de perfecto bulto, más o menos como yo.
Era la chica perfecta, y lo es, de un rubio casi perfecto... y con unos ojos marrones en los que perfectamente uno se perdia en ellos. Su sonrisa casi perfecta, encandilaba con entrenada perfección a quien la veía. Para rematar la obra casi perfecta, estaban sus curvas, sensuales, marcadas y perfectamente recorridas por manos y labios propios y extraños.
Y todo era perfecto, hasta que claro, dejó abierta la puerta de su perfecta vida, y la imperfecta manía de dar sin pedir, hizo que ella, con toda su perfección entrará en mi imperfecta vida.
Pero no crean que nada más entrar, perfectamente se largó, sino que para mi perfecta estupefación se asentó.
Claro que todo lo imperfecto, a veces se convierte en perfecto, pero siempre le quedará el "im" por ahí colgando; así que como vino, se fue. Sin desastres, con perfecta educación, procurando llevarse toda su perfección sin dejar nada en mi imperfecta vida.
Ahora sólo me queda que al empezar otra perfecta relación y que vuelva a ser tan perfecta o pluscuanperfecta, de vez en cuando, un rayo de imperfección le haga acordarse de mi, de aquel imperfecto que la hizo sentirse feliz...