Esa droga

Es esa droga que no se vende, ni se compra,
que no se regala ni se fía,
y que nunca se olvida…

Es esa droga que se vende sin receta,
que no cura ni envenena más de la cuenta…

Es esa droga que viene en pastillas,
en papelinas y en rayas.
A veces, incluso viene liada entre tabaco barato,
y otras colgada de la copa del de al lado…

- Oye coleguita, ¿no tendrás por ahí una papelina?
- Lo siento, sólo me quedan unas chinas de amistad…
- Venga coleguita, que yo soy legal, que lo necesito… Anda sé bueno conmigo coleguita.
- Que no tío, lo siento de verdad, pero no llevo nada encima.
- Joder, ¿no tiene nadie una papelina? Mirad que me meto hasta una raya de caricias… Bueno ya puesto, me tomo una pastilla de esas, de las de besos…
- ¡No seas burro, que esas son muy fuertes!
- Lo sé coleguita, pero es que ya los porros de abrazos no me valen, las rayas de caricias apenas me calman… necesito algo fuerte coleguita…
- ¿Y colgarte para toda la vida por sólo un momento?
- Que quieres coleguita… daría toda la vida por ese momento…

Corazón de mimbre

Quieto parao, no te arrimes,
Levanta las dos manos a la altura del pecho, parece seria y él accede a su muda petición. Esta vez no quiere pasarse, no va a permitirse el lujo de echarlo todo a perder…

Ya son demasiados abriles,
Desde que la conoció han pasado meses y meses, y si le dijeran cuando cambió la situación entre ellos, diría que no lo recuerda… Mentiría… Fue un día de invierno, tal vez en enero, quizás en febrero, una tarde cualquiera, tal vez en una barra de bar, quizás durante un pisotón al bailar… De todas maneras, la conoció…

Para mi amanecer desbocao,
Había dado tumbos de chico en chico, como la abeja que de flor en flor busca un néctar especial pero sin encontrarlo… Hasta que lo vio… Ahora cuenta a sus amigas que ha perdido la magia, que ya no es como al principio, que piensa más en otro…

Mejor que me olvides...
No quiero hacerte daño y sé que te lo hago, perdóname… Él arquea las cejas y una medio sonrisa se le dibuja en el rostro… ¿Perdonarte? ¿Por qué? ¿Por aparecer en mi vida? ¿Por sacudirla de arriba a abajo?

Yo me quedo aquí a tender,
Sin embargo, hay cosas contra las que no se pueden luchar… Ahora sólo le queda intentar no morirse de vergüenza cuando le vea… Ahora sólo le queda intentar que sus palabras no salgan de contexto…

Mi pena al sol,
Para que el tiempo cure y ayude a cerrar heridas, echas sin querer con el filo de los sentimientos… Llagas que quedan al paso de las manos, que con intención infantil, tratan de demostrar menos de lo que aparentan…

en la cuerda de tender,
No te preocupes que me recojo todo yo, como la ropa de verano que no sirve en este invierno de sentimientos, me quedo en el cajón del armario, sin protestar, sin reir, y sin llorar… No me digas eso, he sido yo la egoísta y no quiero…

¡Desolación!
Y un día cualquiera se despierta con el rastro de olor que deja su perfume, sale a caminar con los ojos fijos en el suelo, porque si los levanta, sólo la ve a ella en todas las caras… Y un día ella se levanta rodeada por un brazo que en un primer momento no tiene cara, y en el fondo, lo busca a él a su lado, sin encontrarlo…

Luego empezaré a coser,
Entonces tendré que escribirte algo, sólo para ti, para que me sea más fácil poder sobrevivir… Eso ella no lo sabe, y no le entiende; sin embargo sonríe…

Te quieros en un papel,
¿Podría haber algo entre ellos? ¿Estaría dispuesta? ¿Sería él capaz de hacerlo? Sí, por supuesto... Total, la necesita, como las plantas la luz del sol… Además ella piensa en él, ahora si y después también…

Y a barrer el querer,
Dejar que pase el tiempo, que cicatrice las heridas… Para que todo vuelva a ser como antes… como cuando el abrazo era abrazo y las largas tardes de risas eran sólo largas tardes de amistad…

Con los pelos de un pincel...
No sé como comportarme contigo ahora… Ella baja la vista. La voz se ha vuelto susurro… Yo tampoco… Me has convertido en un yonki que necesita pincharse tu sonrisa para poder sobrevivir…

PD: La primera frase de cada párrafo (en cursiva y más pequeña) pertenece a la canción de Marea "Corazón de mimbre".

..........

Hace tiempo que no me enfrento a una página en blanco. También hace tiempo que no dejo que las palabras lleven el timón, sino que es la razón la que se encarga de llenar los renglones vacíos...
Ya no lleno como antes folios y folios en blanco, con la letra tumbada, casi ilegible y torcida, antes de entrar a clase. Ya no me asalta esa musa de la inspiración a media noche, ni me obliga a escribir en cualquier momento y lugar...

No he perdido las ganas, pero me noto vacío, sin nada que contar, como si alguna manaza por dentro me agarrara las palabras y no las dejara salir... para no herir... para no sonreir al leerlas.
A veces se me van de las manos y ellas solas dicen todo lo que siento, y como no, en ocasiones meten la pata, se pasan de listas... y entonces, la manaza las agarrara y las castiga sin salir...

Y claro, luego, pasa lo que pasa, que se escriben cosas que no dicen nada y no se dice nada que sirva para escribir y menos aún para leer, porque todo se vuelve una ensalada de letras, sentimientos, ideas sin orden ni concierto, pero que quedan por ahí... y a veces, cuando menos te lo esperas... van y te hacen daño...

Tres heridas

Tres heridas me has dejado: una con tu sonrisa, otra con tu mirada y otra con tus besos que dejaste olvidados en el cajón de la mesita, donde los guardas para repartirlos al por menor, y así yo me quedarme sin ellos...

Tres heridas que sangran, cuando la luna asoma en cuarto menguante, y que ni con punto de cruz, soy capaz a cerrarlas...

Tres heridas que duelen en las noches de risa y alcohol, cuando la figura de tu pelo se dibuja en el hueco del rincón y mis ojos como esclavos persiguen tus rastros hasta el amanecer.

Tres heridas que se hacen profundas, cuando tu piel se eriza bajo las yemas de mis dedos, que recorren rastros de imperfecciones en tu cuerpo; mientras tú, tranquila y serena, me observas con esa mirada sincera, enmarcada en tu cara de niña buena...

Tres heridas que restaño por las mañanas, mientras deambulo hacia el refugio debajo de tu almohada, para vigilar tus sueños, aunque no forme parte de ellos...

El menú

- ¿Qué tiene?
- Puedo ofrecerles, como entrada, un agradable paseo a la luz de la luna y de las estrellas; aunque esté la noche nublada, algo iluminará la luna y tal vez, con suerte puedan ver las estrellas...
- No sé...
- También, tenemos una deliciosa conversación, sin interrupciones de móvil ni silencios incómodos, que para paseos a la luz de la luna va muy bien. además, dejenme decirles que los vendemos como churros...
- ¿Será suficiente?
- Por ser ustedes... Les voy a dar la opción de escoger el toque del maestro... Una mezcla de amor y cariño, de abrazos y mimos que dará un poco de color a la noche.
- ¿Y los besos?
- Lo siento, pero no forman parte del menú... Tal vez aparezcan detrás de un abrazo o simplemente se nieguen a salir...
- ¿Qué te parece?
- Que, al menos esta noche, me iría al fin del mundo siguiendo tus pasos...