AHÍ QUEDA ESO....

Una islita de las cosas que nunca se dirán...

Nombre:
Lugar: Asturias, Spain

martes, noviembre 29, 2005

Estudiando...

¡¡¡¡Buahhhhh no quiero estudiarrrrrr!!!! ¡¡¡¡Buahhhh mami no me obliguessssss!!!!

¡¡¡No seas idiota que el que quiso entrar en la facultad fuiste tu!!! Así que deja de hacer el tonto y siéntate a estudiar.

Upss!! Si mami.

Así que "Ajo y agua" (a jodese y aguantase).

Cinco minutos después....

¿Qué haces en la cocina? Ponte a estudiar, que te voy a acabar dando una patada en culo.

Sólo vengo a beber agua.

6 minutos después...

Bufff, ya cansé, creo que voy a dejarme caer en el sofá...

Cómo no te pongas a estudiar te ato a la silla, fijate bien.

Pero mami...

Ni peros ni narices, son las once y diez de la mañana...

Por eso, ya llevo un rato grande estudiando...

¿Un rato grande? ..... plas....

¡¡Ayyyy!! Si serás burra...

Entra mi padre en la cocina....

¿Qué son esas voces?

Que no hay forma de que se siente a estudiar.

Que mamá me acaba de tirar una zapatilla a la cabeza...

Bueno déjalo, si se levantó temprano...

¿Temprano? Si lleva diez minutos sentado en la silla...

"Que si en el riñón se produce la orina... que si el hígado produce la bilirrubina... que si los peces pueden regular el agua y las sales... que si las sinapsis pueden ser d edos tipos... que si el páncreas es importante en la digestión..."

Enfin... tengo unas ganas d ehacer el examen que no veo.... ¡¡Por favor, que llegue ya el viernes!!

sábado, noviembre 26, 2005

Pasa el tiempo

Quizás no me eches de menos,
quizás ni tan siquiera recuerdes mi nombre,
quizás aún me sueñas,
quizás el tiempo se haya detenido...

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos. ¿Te acuerdas? Desde aquel día, no he vuelto a saber de ti. No sé si acabaste la carrera, si continuas con el mismo novio, si lo has cambiado; tal vez te hayas casado y hayas tenido hijos. No lo sé, y la verdad, no me importa. Debe de ser la primera vez que no me preocupa lo que hagas con tu vida, quizás la vida me ha apaleado demasiadas veces por pensar en ti. Llámalo orgullo si quieres, pero estoy cansado de poner la otra mejilla; hace años habría puesto las dos mejillas por ti sin dudarlo un solo instante, eso lo sabes ¿verdad? Como no sé nada de tu vida, he decidido contarte la mía, todo lo que me ha sucedido desde aquel día, en el que nos abrazamos en el andén de la estación y murmuramos un angustioso “Hasta luego”. Ese hasta luego, ha acabado siendo un adiós permanente, que ninguno de los dos ha hecho nada por evitar...

NADA. Es la palabra que define mi vida lejos de tu lado. No he hecho absolutamente nada. Me mantengo fiel a mi sueño de tenerte junto a mí para siempre.
Sigo trabajando en lo de siempre, supongo que lo de estudiar no se me daba del todo bien, aunque tu siempre pensaste lo contrario.
Me creerás loco pero aún continuo recorriendo las calles que en más de una ocasión recorrimos juntos, la mayoría de las veces para encontrar un regalo adecuado para tu novio de turno, o simplemente para acompañarte a casa después de clase.

NADA. Nada ha cambiado desde que te fuiste, todavía voy al bar en el que trabajabas los sábados de noche, todavía me siento en el mismo taburete en el que me sentaba mientras esperaba a que salieses para acompañarte al bus, todavía sigo bebiendo cerveza tras cerveza mientras mi mirada se pierde detrás de la barra, buscándote, como hacía antes. Ahora, desgraciadamente nunca la encuentro; tan solo el reflejo de las botellas me devuelven la mirada...

[Podeis seguir dejando vuestras sugerencias para la historia del post anterior. Os dejo este para que os entretengais al leerlo... jejejejje :D]

viernes, noviembre 25, 2005

"Aún por definir"

Sé que os tengo abandonados... lo siento mucho... Asíq ue os voy a proponer algo... os voy a dejar el comienzo de una historia y a ver si os animais a continuarla (Buttercup te copio la idea :P)
Cuando pase el examen, veré la imaginación y las ganas que tuvisteis jejeje!!



"Otra vez que llego tarde"
Volvió a acelerar el paso, la verdad es que ya no era capaz de ir más rápido, aún así intentó apresurarse otro poco más. Siempre le pasaba lo mismo; vivía a unos veinte minutos de la facultad, pero siempre llegaba tarde; no lo podía remediar era superior a ella, siempre con el tiempo justo...

Era el segundo año que estudiaba en la facultad, después d emuchísimas dudas de última hora, decidió matricularse en biología, simplemente por llevarle la contraria a todas sus compañeras de instituto que habían entrado en derecho.
Al principio, no le seducía mucho la carrera, sin emabrgo, cuando empezaron las asignaturas relacionadas con la biología, se enamoró locamente de la carrera.
Con todo el primer curso aprobado, afrontaba su segundo año con muchísimas ganas...

Cuando llegó a la puerta del laboratorio, aún no habían entrado... "Buff, por los pelos" No había recuperado el aliento, cuando la profesora les invitó a entrar en el laboratorio. Una de sus compañeras se le acercó:
"Pensamos que no llegabas"
"Ya sabeis que siempre me hago esperar" contestó con una amplia sonrisa.

Se sentaron en las vanquetas del laboratorio y la profesora comenzó con la explicación:
"En esta primera práctica, vamos a estudiar a los anélidos. Como os han explicado en clase, el filo Anélidos comprende tres órdenes: poliquetos, oligoquetos y... bla, bla, bla"

No pudo seguir la explicación; un chico nuevo le había robado la atención... Se había sentado a su lado, pues había llegado detrás de ella y no quedaba otro sitio libre en el laboratorio... Lo estudió de arriba a abajo, su cara le sonaba de algo, aunque no sabía de que... Intentó hacer memoria... Eso es, ya sabía de que lo conocía, iba a su clase a estadística, era un año mayor, iba ya a tercero o por lo menos alguna habría cogido...

"Cristina" La voz de la profesora la sacó de sus pensamientos.
"¿Si?"
"Nada. Solamente estoy pasando lista"


Se concentró en la práctica en cuestión: tenían que dibujar a los representantes de los tres órdenes de anélidos: una lombriz de tierra, una xorra (un gusano que se usa para pescar) y una sanguijuela.
Se puso manos a la obra... Fue a coger el primero de ellos, cuando su mano tropezó con la de su compañero de prácticas.
"Perdón. Podemos empezar por el que quieras, a mi me da igual"

No pudo contestarle, simplemente sonrió y se puso colorada, tanto como el jersey que llevaba.
"A... a mi, tampoco... me importa"
"Entonces prefiero empezar por el gusano para pescar"
"Xorra. Es un poliqueto sedentario. Vive en galerías excavadas en la arena y se alimenta filtrándola y capturando los nutrientes que hay en ella"


El chico la miró asombrada y ella se sintió estúpida, por un momento se miraron a los ojos y ambos rompieron a reir.
"Gracias por la información"
"Lo siento"


Tras este incidente se concentraron en la práctica; era viernes y tenían ganas de acabar la semana. Ella seguía sintiéndose idiota, era incapaz de actuar con naturalidad cuando él le preguntaba alguna duda; no sabía por que. No era un chico atractivo, sin embargo había algo en él que enganchaba... Además dibujaba de miedo, nunca había conocido a nadie que dibujase así.
Por fin tras hora y media de dibujos y más dibujos, acabaron al práctica.

"Por fin, pensé que nunca íbamos acabar"
"A mí aún me faltan un par de dibujos, no soy tan buena como tú dibujando"
"Permíteme"


Dicho esto se adueñó de su block, y con un par de trazos rapidísimos, dejó esbozados los dos dibujos que le quedaban a ella.
"Gra... gracias"
Por respuesta, él le guiñó un ojo y se dirigió a la profesora para que le pusiese un cuño a los esquemas.
"Perfecto David, como de costumbre. A ver si estudias más y la apruebas, porque los dibujos no son suficientes para aprobar."
"Lo sé. Pero de este año no pasa, Julia"
"Eso espero. Hasta el lunes."
"Hasta luego"


Salió del laboratorio y se encaminó despacio ahcia la biblioteca, necesitaba mirar un libro para completar unos apuntes.
Al ser viernes la biblioteca estaba vacía y pudo ocupar todo el espacio que le dio la gana. Mientras hojeaba el libro, se descubrió pensando en la chica con la que se había sentado en las prácticas.
"No. Es demasido guapa para mi"

Suspiró y se concentró en su trabajo. De repente sintió que alguien se acercaba, levantó la vista y vio a su compañera de prácticas delante de él.
"Hola"
La chica volvió a ponerse colorada: "Solo quería devolverte tu lápiz, te lo olvidaste en el laboratorio"
"Gracias"

Se produjo un silencio entre los dos, parecía que no sabían que decirse; por fin ella tomó la palabra:
"¿Qué estudias?"
"Estaba completando unos apuntes de genética"
"¿Es de segundo no?"
"Si, pero tal vez me presente en la convocatoria extraordinaria de Febrero"
"Ahm. Pues te dejo estudiar. Me voy para casa, aunque antes tengo que parar en una librería a por unos fascículos para mi madre."
"¿Cerca de la estación?"
"Si, casi al lado"
"Entonces, si no te importa te acompaño, por que vivo por detrás de la estación"
"Claro que no me importa"

Recogió los apuntes, sacó el libro de la biblioteca y juntos tomaron rumbo hacia la estación...

Aquí os lo dejo. Si alguien se anima a seguir la historia que lo haga en un comentario. El lunes 5 de diciembre, retomaré el mando y escribiré la historia con todas vuestras aportaciones.
Hasta entonces, os seguiré leyendo, aunque no os comente... Otra vez, lo siento.

lunes, noviembre 21, 2005

100

¡¡Ya estaaaaa!! Ya está en marcha las votaciones al PIJAMA ORIGINAL DE INVIERNO!!!!

Ante la grandísima competencia, tan solo me queda daros el aviso para que os paseis por el blog de Helen (http://elblogazzo.blogspot.com) y emitais un voto justo y objetivo... Para que no esteis influenciados os diré que la lista con todos los pijamas participantes están en su último post, así que.... ustedes deciden...

Para Helen: no te he consultado, así que si tu quieres retiro el post; y por supuesto también me retiro del concurso...

Por otra parte, este es mi post número 100... La verdad que no pensaba llegar a escribir tantos... Enfin, gracias por seguir leyéndome!

Una última cosa, el día dos de diciembre tengo un examen parcial de fisiología animal bastante voluminoso, así que igual no me paso por la blogsfera todo lo que quisiera... Perdón!

Ah!! y otra cosa, he visto que en varios blogs se habla sobre pobrecera, e incluso se ponen enlaces para firmar y demás...
Sólo decir que ya he firmado, además, aquí en La Felguera (Langreo) hay un puesto todos los sábados para recoger firmas...
Os dejo además una dirección www.proydeasturias.org por si se os apetece pasaros y ayudar :) [soy socio y colaborador]

Bueno, que me he enrrollado como una persiana...
Un abrazo enorme y muchos besitos!!!!

viernes, noviembre 18, 2005

Una cosilla del baúl de los papeles viejos

(Para Helen que quería que actualizase :D)

No sé lo que siento... bueno, en ese aspecto, puedo decir que pienso que estoy enamorado, así que sé perfectamente lo que siento.
No sé que pensar... ¿será una broma cruel esto de enamorarse?
No sé si serás algún día mi chica ideal o si simplemente serás una amiga más, especial, pero sólo una más.
Levantó la vista hacía la noche estrellada, les pregunto a la luna, a los luceros, a los cometas, en fin, realizo la misma pregunta a todos los cuerpos celestiales del firmamento, y si hay algún dios por ahí, que me conteste, por favor. Resumiendo, les pregunto ¿Cuál es mi pecado? ¿Dónde cometí el error? Porque el castigo es duro, me han castigado a quererte con locura, sin atender a razones.
El silencio de la noche me envuelve, el cielo se niega a darme una respuesta, así que, lentamente y hundido me dirijo hacia mi casa.
Mientras camino y pienso, ¿quién inventaría eso de pensar?, me desespero al comprender que nunca serás mía, que desde el punto que lo mire, nunca tendré una maldita oportunidad de estar contigo... bueno, maldita, no es la palabra, queda mejor extraordinaria o sensacional, dejo la elección al gusto del lector o lectora.

Cada día estás más preciosa, incluso la misma ropa te sienta cada vez mejor. No lo puedo evitar tu influencia cada vez se vuelve más intensa, no tienes piedad hacia mí, ni siquiera me dejas mirar a otras chicas, porque siempre apareces a su lado para que os compare, y sinceramente, aún no he encontrado ninguna chica que te consiga hacer sombra, o que al menos te llegue a las rodillas. A todas las encuentro vulgares, no me llama la atención nada de otra chica. No encuentro otros labios, ni otra sonrisa, ni otro cuerpo y menos aún, encontraré otros ojos como los tuyos.

Cuando paso mucho tiempo pensando en mi problemilla para contigo, llego a la conclusión de que, si no estamos juntos será porque, seguramente no seríamos compatibles, pero tras leer un libro sobre la unión de dos almas, más allá de las diferentes vidas terrenales, y sobretodo tras analizar concienzudamente, todo lo que hemos pasado juntos, concluyo que debemos estar hechos el uno para el otro.
Acabo de releer este párrafo y ya me imagino tus carcajadas y tu comentario: ¿De verdad creerá en esas tonterías? Está completamente chiflado. En realidad tienes razón, soy un loco, al que tan solo le han dejado una gota de cordura que le permite continuar sobreviviendo. Después de esta condena terrenal, supongo que el todopoderosísimo me tendrá preparado un chalecito por la zona de la constelación de Orión, porque vaya suplicio de vida que me ha tocado; y aún así, no la cambiaría por otra. Así que ya ves, dejo a tu elección el adjetivo que debe acompañarme.

Y como si estos desvaríos de locura fuesen leídos por millones de personas, me permito pedir disculpas, por esta total falta de coherencia y de calidad literaria, a todo aquel o a toda aquella que lea estas humildes líneas, escritas, una vez más lo repito, por un loco enamorado.

martes, noviembre 15, 2005

Para Desi

¿Qué eres para mí?
Esta pregunta la dejaste en tu blog y había pensado en contestártela en un comentario, pero quizás fuese demasiado largo y pesado, así que he decidido colgar un post en el que intento contestar a tu pregunta…

Siempre tengo problemas para responder a este tipo de preguntas, para hablar de mis sentimientos, incluso estando entre colegas… No sé por qué pero es así… Después de esta breve introducción…

Para mí eres alguien especial, eres esa persona que de puntillas se coló en mi vida, sin hacer ruido y sin pedir nada.
Entraste y te acomodaste en una esquina, de esto hace poco tiempo; sin embargo tengo la impresión de que llevas ahí toda la vida.

Puedes creerte que cuando hablo contigo por el Messenger soy capaz de escuchar tu risa y tu voz, de imaginarme que estás sentada conmigo tomando un café y hablando de nuestras cosillas jejeje!!
Me creerás loco, o bueno no… en fin que me encanta hablar contigo, me encanta que hayas entrado en mi vida, y me encantaría que no volvieses a salir de ella…

Tal vez, aún no te haya respondido a la pregunta que formulabas, pero creo que he dejado claro que te has convertido, con o sin quererlo, en una buena amiga, no digo la mejor porque cometería un error, pues hay niñas que llevan años ocupando ese puesto… Sin embargo, sólo decirte que te aprecio muchísimo y que echaría de menos tus comentarios y tus risas, si algún día decidieras abandonar, de puntillas, mi vida…

Un abrazo y un besazo enorme!!! MUACKSSSS

PD: Espero que a Paco no le importe ;)

La fiesta del pijama (juego de Helen)


Bueno.... aquí está mi pijama!!!! Es para el juego de Helen.

Helen lo siento, pero no fui capaz a encontrar mejor foto, ni siquiera a ponerla al derecho...

Enfin, aunque con pocas posibilidades, espero vuestros votos jejejeje!!!!

domingo, noviembre 13, 2005

Vaivén

Me rindo, me dejo vencer, no te preocupes que estaré bien... No, no necesito nada, esperaré a que el fondo del pozo llegué a la altura de mis pies y allí me quedaré hasta que tenga las fuerzas y el valor suficientes para salir de él. No, te lo repito, no necesito nada, estaré sentadito sin hace ruido, recuperando el aliento, recuperando la cordura, recuperando todo aquello que por ti he tirado a la basura...
Lo sé, lo sé, tu no tienes la culpa, la culpa es mía, la culpa de quererte es sólo mía, mira que irme a enamorar de ti... con todas las chicas que hay en el mundo, y voy yo... y ¡plas! se me antoja enamorarme de ti... Pero que quieres, ya sabes que me gusta ir a contracorriente, que prefiero eso a pasarme los días de labios en labios... Soy así de sencillo, no quiero hacer turismo entre los distintos brazos que hay ahí fuera, solamente quiero quedarme entre los tuyos... No me preguntes por qué, ni cómo, ni nada... pues no sabría que decirte; bueno podría decirte que el roce hace el cariño y del cariño se pasa al amor... sin embargo, sé que no es razón de peso y seguramente sonreirías excéptica...
Enfin que no sé como me has tirado a esta espiral de desdichas, no lo sé; me lo puedes contar, aunque sólo sea al oído, aunque me mientas, pero dime algo... ¿acaso me lo merezco? No quiero que contestes a esta última pregunta, no va para ti, es simple retórica, ya sabes como escribían los poetas antiguos: "¿Dónde están...?"
Y todo esto a cuento de que... pues ni yo mismo lo sé; sólo sé que ayer me habían robado un beso, había sacado la cabecita por encima del borde del pozo, y en el breve instante de un abrazo, me has pegado una patada en el hocico y me has vuelto a tirar para abajo... Intencionado o no, eso deberías decirmelo tú.
Era una chica genial, la conozco desde hace unos meses y sinceramente me siento muy a gusto con ella, y ayer, por fin, con alcohol de por medio, risa por aquí, risa por allá, abrazo por aquí, abrazo por allá... ¡me robó un beso! ¿Te lo puedes creer? Ni tan siquiera pensaba en ti, ni una sola vez en toda la noche, y cuando estaba a punto de irme para mi casa a soñar con nuevas ilusiones, con una nueva esperanza en el bolsillo... como una ladrona de guante blanco... ¡Zas! Me la robaste y sólo me dejaste un ticket de desalojo...
Y ahora aquí estoy en el fondo de mi pozo... rememorando las últimas palabras de ella: "me llamarás ¿verdad?" Ayer lo tenía muy claro, pero ahora ya no tengo valor, ya no tengo gans, ya no me importa nada, pero nada de nada... tan solo quiero que pase el tiempo, sí, ese que todo lo cura... Podría sumergirme en los buenos recuerdos que tengo, pero ¿sabes? la mayor parte de ellos sucedieron estando a tu lado, o tu estando al mío...
"Creo que estoy enamorándome" Eso me dijiste, en el breve espacio que estuvimos abrazados... Te miré incrédulo y te pregunte si tu eras capaz de enamorarte. Me contestaste que por supuesto, incluso te hiciste la ofendida... "¿De quién del de esta noche o del otro tío de hace dos semanas?" Te enfadaste, lo supe por tu mirada, aunque sonreiste haciéndote la niña pequeña...
Enfin... que ya sólo me queda levantarme, sacudirme el polvo de los pantalones y volver a agarrarme a la cuerda que me lleve de nuevo a la salida del pozo... aunque de momento estoy muy a gusto aquí, en el fondo de mi pozo particular... donde ni siquiera tú, puede hacerme daño, donde puedo volver a hacerme sangre en las mismas heridas, puedo vovler a cerrarlas y volver a abrirla, sin que nadie me moleste, sin que a nadie le importe que me agarro al jirón de un sueño que hace tiempo se desvaneció, sin que nadie pueda llamarme cobarde pues solamente soy una baja momentanea por un mero impacto de tu metralla...

Necesitaba hace run post así, no me prgunteis como, porque no sabría deciros cómo es este montón de letras ordenadas y escritas casi al azar... Sólo pediros perdón por las faltas de ortografía, las incoherencias y demás erratas que lo estropeen, pero no lo he releido ni he corregido nada, así ha salido, de principio a fin, sin adornos, sin arreglos, simplemente al descubierto, como me quedo cada día un poco más ante todos ustedes.

Un abrazo y un beso... y algún apretón de manos ;)

martes, noviembre 08, 2005

Vivir

Vivir de letra en letra,
de palabra en palabra,
de párrafo en párrafo,
de capítulo en capítulo...

Vivir de segundo en segundo,
de minuto en minuto,
de hora en hora,
de día en día...

Vivir de caricia en caricia,
de abrazo en abrazo,
de sonrisa en sonrisa,
de beso en beso...

Si hay tantas formas de vivir, ¿por qué coño sigo viviendo
de tu ausencia entre mis sábanas,
del rastro de tu perfume en mi almohada,
de besos robados,
de abrazos forzados,
de caricias vanas,
y de palabras olvidadas?

miércoles, noviembre 02, 2005

Un premio en forma de isla II

El primer susto me lo llevé nada más llegar a la playa, no podíamos bañarnos porque al parecer las corrientes había arrastrado cerca de la costa una colonia de medusas cuya picadura, según nos comentó un socorrista, era venenosa para el ser humano.
El segundo susto, me lo llevé tras echarme en la toalla; la tenía de pie de espaldas a mí, hasta ese momento no me había fijado, pero no estaba nada mal, llevaba un vestidito corto, típico de playa, que dejaba ver unas bonitas piernas. Al quitárselo, me quedé embobado mirándola, llevaba un bikini precioso, pero con bastante poca tela; debería de ser de las rebajas por lo pequeño que era. No me atreví a seguir mirándola por si se molestaba, así que seguí a mi bola, haciendo comentarios triviales, sobre el hotel, los empleados, la comida.
Cuando se echó pude contemplarla a mi gusto sin que se diera cuenta, ya que estaba con los ojos cerrados, echada boca arriba, tenía una visión privilegiada de su cuerpo. Comprendí que me había tocado la lotería, no sólo por el viaje, sino que acababa de conocer a una chica que era preciosa, estaba muy buena y además era muy simpática. ¿Qué más podía pedir?
Pasamos la tarde casi sin hablar, dormitando en la toalla. De vez en cuando intercambiábamos algunas palabras pero nada importante.
Esa noche no pude pegar ojo, pensaba en ella, había conseguido encerrarte en un rincón. Por fin lo había conseguido, había tardado bastante pero lo había conseguido, me había olvidado de ti.
Pasé los mejores días de mi vida con ella, charlábamos de cualquier asunto, pasábamos el día juntos, íbamos a las excursiones programadas, cosa que salvo las personas mayores, nadie hacía. En fin, era las vacaciones soñadas.
Desgraciadamente, todo tiene un final y muy a nuestro pesar, el final llegó demasiado pronto. La noche antes de nuestra partida, el hotel organizó una fiesta de despedida. Quedamos en vernos cerca de la barra, pero en una esquina, un poco alejada del bullicio. Allí la esperé, sabía que las mujeres no se caracterizan por su puntualidad, así que no me preocupé en exceso cuando dio la hora y aún no había bajado.
Me lo tomé con calma y pedí un cóctel especial del hotel, mientras me lo tomaba observé a la gente que había en la fiesta.
Abundaban los jóvenes, casi todos de la edad de mi hermano; la gente, tipo a mis padres, estaba sentada en la terraza, algunos bailaban, pero se veía que tenían ganas de marcharse para la cama.
Entonces la vi. Acababa de salir a la terraza. Estaba preciosa, llevaba un vestido blanco que destacaba su bronceado. También llevaba unas sandalias de flores y en uno de los dedos de su pie derecho llevaba un bonito anillo de plata. Tenía el pelo suelto, la melena le llegaba a media espalda y se había echado una especie de brillo a los ojos, lo que los resaltaba del conjunto. Al verla acercarse sonriéndome, me sentí un privilegiado. Igual que cuando tu me abrazas, igual.
Al llegar me dio dos besos. Otra vez llevaba tu fragancia. Tras pedir algo para ella, la llevé hacía las hamacas, que quedaban un poco apartadas del bullicio y podríamos hablar sin tener que gritarnos.

- Estás preciosa.
- ¿De verdad? Tu tampoco estás mal.
- Pero comparado contigo parezco un pobre mendigo.
- No será para tanto.
- Igual para tanto no es, pero sí para bastante.
- ¡Ja, ja, ja!
Seguimos riéndonos durante un rato, haciéndonos bromas, cosquillas. Lo estábamos pasando como dos críos pequeños. Habíamos salido a disfrutar, ya que, seguramente, sería la última vez que nos veríamos.
Ya llevábamos encima tres o cuatro cócteles. La verdad es que estaban muy buenos y pegaban lo suyo. Ambos teníamos los coloretes en las mejillas.
De repente, me cogió de la mano y me arrastró a la pista de baile.

- Vamos a bailar.
- Pero si no tengo ni idea.
- Da igual, yo te guiaré.
- De acuerdo. Espero no pisarte mucho.

Comenzamos a bailar, una canción tras otra. Cada vez quedaba menos gente en la terraza y yo cada vez dominaba más el baile. Era buena profesora, me susurró al oído que iba a clase de baile desde pequeña y la verdad era que bailaba muy bien. Me estaba poniendo malo, al verla mover la cintura, las caderas y sobretodo por como me miraba. Sus ojos, al igual que los tuyos, me habían enamorado. No sé como lo había conseguido pero en apenas una semana me había conquistado. Igual era porque se parecía bastante a ti; no físicamente sino en su forma de ser, erais muy parecidas, seguramente os hubieseis llevado muy bien.
De pronto, la música se volvió lenta, yo no sabía que hacer, pero ella llevó, como toda la noche la iniciativa, me abrazó y me pidió que bailara muy despacio. Estábamos muy juntos; mientras bailábamos, me acariciaba la espalda, fui muy agradable. Era la noche perfecta. Nuestras miradas se encontraron, sus ojos despedían felicidad, sonreía levemente, y poco a poco fue acercando sus magníficos labios a los míos. En ese momento, la música se cortó y el animador comentó que se había acabado la fiesta que si alguien quería seguir que podía quedarse pero que no habría música.
El grito de desilusión fue unánime. Para muchos chavales era su primera oportunidad de pasar la noche de fiesta y no querían desaprovecharla.
La desilusión de ella fue en otro sentido, o por lo menos eso me pareció. Me cogió de la mano y me guió hasta la playa.
Nos sentamos en la arena, en el mismo lugar en el que nos pusimos el día que llegamos.

- Bailas bien. Mejor de lo que decías.
- No es cierto. Ha sido todo gracias a ti.
- ¿Puedo hacerte una pregunta personal?
- Adelante, no me importa.
- Si no quieres no contestes.
- Anda, déjate de dar vueltas y pregunta.
- ¿En quién pensabas en el avión? Era una chica, ¿verdad?
- Sí, pensaba en una chica. Aunque ahora sinceramente, sólo pienso en ti.
- ¿Es tu novia?
- Qué más quisiera yo. No es sólo una amiga, sin embargo, yo la quiero como algo más.
- A mí me pasa algo parecido. Pero no quiero aburrirte con mis problemas.
- No te preocupes. Si al contarlo te sientes mejor, adelante.
- Bueno, me gusta un chico, pero él no me hace ni caso.
- Pues no sabe lo que se pierde... .
- Gracias. He hablado con él y me dice que soy demasiado pija y una borde.
- ¿Eso es verdad?
- Mis padres tienen dinero, así que, en cierto modo soy un poco pija.
- Pero eso es normal. ¿Y borde?
- Ese es el problema. Él me llama borde porque cuando estoy mal a gusto con alguien no me lo callo, lo digo y punto. Además tengo por norma no besar a desconocidos.
- De eso deduzco que conmigo estás a gusto porque aún no te he sentido protestar.
- Estoy muy a gusto contigo. ¿Y tú, te encuentras a gusto?
- Me encanta estar a tu lado. Además eres preciosa, simpática y estás de muerte. ¿Cómo voy a estar mal a gusto?
- ¿Sabes una cosa?
- Dime.
- Creo que voy a saltarme, por una vez mi regla.

Dicho esto nos acercamos un poco más. Te había olvidado por completo. Esta chica me había embriagado, mucho más que los cócteles que había tomado. Me había poseído y me había convertido en su esclavo, al igual que hiciste tú. La diferencia estaba en que tú lo hiciste de forma inconsciente, no te diste cuenta; en cambio ella sabía perfectamente lo que hacía.
En unos instantes, volvimos a estar abrazados, como en la pista de baile, nuestros labios se iban acercando cada vez más y cerré los ojos... .

Al abrir de nuevo los ojos, me encontré abrazado... ¡a la almohada!, sí a la almohada, no había rastro de mi chica andaluza. Una parte de la almohada estaba un poco húmeda, supuse que le habría estado dando el beso que iba destinado a mi compañera de viaje. Era una escena cómica; ¿Por qué siempre me pasaban estas cosas?
El otro día cuando soñé que había estado contigo, me pasó lo mismo. No sé por qué mis sueños son tan reales. Además luego los recuerdo tan nítidamente que parece que han sucedido realmente

Empecé a rememorar este sueño hacia las once de la mañana; cuando he acabado de escribirlo, son más de las dos de la tarde. He pasado muchos ratos pensando, en esa chica irreal, haciéndome a la idea de que era fruto de mi imaginación, que no existía. Solamente me queda el consuelo, de recordarla en mis sueños y quien sabe si en otra ocasión no volveré a soñar con ella, porque contigo voy a soñar durante el resto de mi vida.

Un premio con forma de isla

El calor es asfixiante, doy la vuelta numero mil, por lo menos, soy incapaz de pegar ojo. Miro el reloj, las diez de la mañana, perfecto y yo sin dormir.
La ventana está abierta de par en par, duermo destapado y en calzoncillos, pero es igual, el calor no entiende a razones, no me deja dormirme.
Pienso en toda la noche, creo que habré dormido unas dos horas, como máximo. ¡Dos horas! Parezco un lirón y hoy tan solo he podido dormir dos horas, si lo cuento nadie me creerá.
Otra vuelta más, estoy sudando, la habitación parece una sauna, así que opto por la opción más apetecible: una ducha bien fría.
Me levanto, procurando hacer el menor ruido para no despertar a nadie, y me dirijo al baño. Me ducho tranquilamente, sin prisas, ¡Qué alivio! ¡Que bien me sienta esta ducha!
Ya refrescado, vuelvo a la cama, para intentar dormir otro poco, pero soy incapaz. Ahora ya no le puedo echar la culpa al calor, ahora tengo que echarle la culpa a un sueño que tuve en esas dos horas que logré cerrar los ojos.
Era el típico sueño, en el que viajas a un país exótico, con playas interminables de fina arena y el mar de un bonito color turquesa, de palmeras enormes, de hoteles lujosos, de mujeres bellísimas... .
Cualquiera pensaría que es un sueño para relajarse y disfrutar de su visión. Sin embargo, para mí es un amargo recuerdo que me impide dormir. Cada recuerdo, cada paisaje se me aparece con tal furia que soy incapaz de relajarme.

No estaba mal, había mandado una propaganda para un sorteo y había tenido suerte, por una vez en la vida me había tocado el premio. Mi recompensa era un viaje a una isla paradisíaca. La verdad me importaba bien poco la isla, tan solo me interesaba disfrutar de unos días lejos del aburrimiento de la ciudad. Las calles estaban vacías, los bares cerrados y cada cual sobrevivía al aburrimiento como buenamente podía. Yo lo combatía leyendo, estudiando y, como no, pensando en ella. Ella era una chica morena, con unos bonitos ojos marrones y una sonrisa tan cálida, que con verla te parecía estar en una isla sin falta de haber ganado nada. El problema residía en que ella ya estaba ocupada, supongo que es lo normal, cuando se trata de una chica tan extraordinaria como ella.
Bueno, dejándola un poco a parte; como decía el aburrimiento era insoportable, así que ese premio inesperado me alegro la existencia.
A la semana de conocer que habíamos ganado, cogimos un avión que nos llevaría a nuestro destino exótico y en el que nos quedaríamos una semana. Ni siquiera en el avión, pude parar, a cada instante miraba por la ventanilla, tratando de vislumbrar la isla desde el cielo.
El avión iba repleto de gente, que como nosotros, había ganado el concurso, eran de otras comunidades pero había buen ambiente entre todos. Mis padres y mi hermano enseguida conocieron a una familia andaluza y entablaron amistad. Mi hermano se dedicó a conocer a los hijos, eran dos, de aproximadamente nuestra edad, el chico era el más pequeño y la chica la mayor. Yo estaba en mi mundo, pero en un momento, en el que volví a aterrizar en el avión, pude observar que la chica era muy bonita: tenía el pelo castaño, lo llevaba recogido en una coleta, tenía los ojos verdes, un verde precioso, se parecía al verde del mar. Era muy simpática, se reía constantemente con las bromas de mi hermano y como no dejaba de mirar para mí, supuse que mi hermano estaba contándole historias de mis salidas. Siempre me ocurrían cosas extrañísimas, pero bueno, al ser joven es lo que ocurre.
Pasé el viaje leyendo, aunque estaba más atento a los trozos de conversación de mi hermano con los chicos andaluces. Me enteré de que íbamos a ser vecinos en el hotel, nuestras habitaciones estaban pegadas, la cosa ni me agrado ni me disgusto. La verdad, estaba más dispuesto a rumiar mis desamores que a intentar ligar con una chica andaluza, por muy bonita que fuera. En cambio, mi hermano estaba encantado, se llevaba muy bien, tanto con el chico, como con la chica; había estado protestando por tener que venir, pero ahora parecía que no le importaba en absoluto pasar unos días sin sus colegas.
Miré hacía mis padres, estaban contentísimos, hablaban por los codos con sus nuevos amigos, que, también estaban encantados. Todos en el avión, parecían felices y contentos, yo parecía el borrón del viaje, con mi gesto de derrota y mi apatía a la hora de hablar. Apenas les dirigí una sonrisa forzada a los nuevos amigos de mi hermano. A duras penas, al chico le estreché la mano y a la chica le di dos besos, en ambos casos susurré un casi inaudible encantado. Pero en el caso de la chica, al acercarme a darle los besos, el sonido de mi voz debió salir completamente alterado, ya que usaba el mismo perfume que tú; ese perfume que soy capaz de identificar, aunque nunca seré capaz de sacarle el olor pero que me trastorna siempre que estás a mi lado. La sorpresa debió de ser evidente por que la chica me miró de forma extraña, supongo que pensaría que estaba como una cabra, pero bueno, en parte tiene razón.
Tras este pequeño incidente, no volví a cruzar ninguna mirada con ellos y sobretodo con la chica; no me apetecía tener que darle alguna explicación incoherente, y menos aún contarle mis problemas sentimentales.
Estaba sumido en estas cavilaciones, cuando alguien gritó que ya habíamos llegado. Me asomé a la ventanilla y quedé asombrado.
El avión había perdido un poco de altura y se podía contemplar una pequeña isla con forma estrellada, con grandes espacios verdes que supuse serían bosques, zonas urbanizadas y lo que más me encantó, las interminables playas con las que siempre había soñado. Era una vista maravillosa, me encantaba, creí que al fin podría olvidarte sin ningún problema, aunque solo fuera durante unos días. De pronto, volví a notar tu perfume a mi lado, me giré y vi que mi nueva amiga, si la puedo llamar así, estaba muy cerca de mí contemplando el paisaje; antes de que pudiera moverme y articular palabra; la azafata me rescató de la situación.

“Señores y señoras, estamos a punto de aterrizar. Por favor ocupen sus asientos y abróchense los cinturones. Gracias.”

Respiré aliviado, cuando la chica se retiró hacia su asiento, no me había dicho nada, ni siquiera me había mirado. Pero había dejado tu fragancia en mi asiento y en el continuo; así que como un torrente enfurecido, las imágenes de ti que quería olvidar se abalanzaron sobre mi cabeza durante todo el aterrizaje: tus ojos, tu sonrisa, tu forma de caminar, tus modelitos, tu cuerpo enfundado en bikini; todo lo que había conseguido apartar de mi cabeza mientras observaba la isla, había vuelto a aparecer para que supiera que siempre estarían allí acechándome.
Cuando conseguí dominar estos pensamientos, el avión ya había aterrizado y todo el mundo se dirigía a la salida. Me tomé mi tiempo, recogí el libro, el discman, las gafas de sol; lo metí todo en la mochila y me dirigí lentamente hacía la portezuela del avión dónde una azafata esperaba para despedirse.

“Espero que haya tenido buen viaje, señor. Disfrute de sus vacaciones.”

Traté de sonreírle, no sé si me saldría una sonrisa muy forzada, pero por lo menos, había intentado no parecer muy desagradable.
Proseguí mi camino hacía la terminal del aeropuerto, para recoger las maletas. Cuando llegué, mis padres estaban esperándome, ya me habían cogido la maleta. De mala gana tiré por ella hacía el autobús que nos llevaría al lujoso hotel donde pasaríamos nuestra semana de vacaciones.
Quiso el destino, volver a amargarme el trayecto; no sé lo que le habré hecho a los dioses para no poder disfrutar de mis vacaciones. Al subir al autobús y al ser el último, sólo quedaba un asiento libre y curiosamente era al lado de mi nueva amiga.
Sinceramente no me apetecía nada, pero nada de nada, compartir trayecto y más aún cuando me dijo el conductor que tardaríamos cerca de una hora en llegar al hotel. Así que, perezosamente me dirigí a mi asiento. Sonreí al sentarme y traté de desconectar escuchando música, pero entonces, descubrí que haría buenas migas con esa chica, ya que, a pesar de mi poca predisposición comenzamos a hablar.

- Una bonita isla, ¿verdad?
- Sí, la verdad es que es preciosa.
- Siempre soñé con pasar unas vacaciones en un lugar como éste.
- Supongo que es el sueño de todo el mundo.
- ¿Puedo preguntarte si siempre eres igual de callado?
- Bueno, no tengo un buen día. A pesar de estar de vacaciones, los problemas nunca me abandonan.
- Ya lo sé, a mí me pasa algo parecido. En cambio, tu hermano es mucho más, no sé, hablador, por decirlo de algún modo.
- Nunca ha tenido problemas en ese aspecto.
- ¿Cuántos años tienes?
- 20. ¿Y tú?
- Yo también, los acabo de cumplir hace unos días.
- Aunque atrasadas, ¡Felicidades!
- Gracias.

A partir de aquí la conversación siguió por los caminos habituales. Hablamos de nuestros amigos, de la facultad, del instituto, del colegio, de alguna juerga nocturna. A pesar de estar envuelto en tu fragancia, no te recordaba, estaba interesado en la conversación, no nos aburríamos, ni había silencios tensos en los que no sabes que decir. Puedo afirmar que me alegraba que estuviera cerca durante esta semana, aunque en el avión hubiese pensado lo contrario.
El viaje en bus se nos quedó muy corto, o por lo menos eso nos pareció a los dos. Sin embargo, para el resto de viajeros se les debió hacer muy tedioso, porque incluso mi hermano estaba durmiendo tranquilamente cuando llegamos a nuestro hotel.
Era un gran edificio, de estilo antiguo rodeado de jardines por todos los lados. En la parte de atrás estaban las piscinas; había tres, cada una mayor que la anterior. Alrededor había un jardín lleno de hamacas y sombrillas de paja, ideales para dormir la siesta. Enfrente de las piscinas, estaba el bar del hotel, había varias personas tomándose algo.
Era un hotel impresionante, genial, perfecto para pasar unas vacaciones.
Al entrar en la habitación, quedé impresionado: era más grande de lo que hubiese imaginado, con dos camas, un balcón que daba a las piscinas y a la playa que según supe después era privada, pertenecía al hotel.

Tras instalarnos, bajamos al comedor. Aunque me costaba reconocerlo, deseaba encontrarme con mi “vecina” para seguir la conversación del autobús mientras comíamos. Me estaba reprochando este pensamiento, cuando nada más poner los pies en el comedor, alguien llamó a mis padres desde una mesa. Eran sus amigos, les invitaron a sentarse y a mi hermano y a mí nos tocó comer con sus hijos. Era perfecto.
La conversación durante la comida fue breve, el peso lo llevaron nuestros hermanos que no callaban ni siquiera teniendo la boca llena de comida. Nosotros comíamos en silencio, mirándonos de vez en cuando, riendo las bromas que nos hacían y deseando, por lo bajo, acabar cuanto antes para poder ir a pasear.
Al acabar la comida, nuestros padres se fueron a la piscina a dormir la siesta y a pasar la tarde. Nuestros hermanos decidieron dar una vuelta por el hotel para inspeccionar el gimnasio, las canchas de fútbol sala y la sala de juegos. Ella me propuso ir hasta la playa a tomar el sol, acepté encantado, no me podía negar, me sentía muy a gusto con ella y me encantaba su voz...

[pondré lo que sigue, no os voy a dejar plantados...]