AHÍ QUEDA ESO....

Una islita de las cosas que nunca se dirán...

Nombre:
Lugar: Asturias, Spain

miércoles, noviembre 02, 2005

Un premio con forma de isla

El calor es asfixiante, doy la vuelta numero mil, por lo menos, soy incapaz de pegar ojo. Miro el reloj, las diez de la mañana, perfecto y yo sin dormir.
La ventana está abierta de par en par, duermo destapado y en calzoncillos, pero es igual, el calor no entiende a razones, no me deja dormirme.
Pienso en toda la noche, creo que habré dormido unas dos horas, como máximo. ¡Dos horas! Parezco un lirón y hoy tan solo he podido dormir dos horas, si lo cuento nadie me creerá.
Otra vuelta más, estoy sudando, la habitación parece una sauna, así que opto por la opción más apetecible: una ducha bien fría.
Me levanto, procurando hacer el menor ruido para no despertar a nadie, y me dirijo al baño. Me ducho tranquilamente, sin prisas, ¡Qué alivio! ¡Que bien me sienta esta ducha!
Ya refrescado, vuelvo a la cama, para intentar dormir otro poco, pero soy incapaz. Ahora ya no le puedo echar la culpa al calor, ahora tengo que echarle la culpa a un sueño que tuve en esas dos horas que logré cerrar los ojos.
Era el típico sueño, en el que viajas a un país exótico, con playas interminables de fina arena y el mar de un bonito color turquesa, de palmeras enormes, de hoteles lujosos, de mujeres bellísimas... .
Cualquiera pensaría que es un sueño para relajarse y disfrutar de su visión. Sin embargo, para mí es un amargo recuerdo que me impide dormir. Cada recuerdo, cada paisaje se me aparece con tal furia que soy incapaz de relajarme.

No estaba mal, había mandado una propaganda para un sorteo y había tenido suerte, por una vez en la vida me había tocado el premio. Mi recompensa era un viaje a una isla paradisíaca. La verdad me importaba bien poco la isla, tan solo me interesaba disfrutar de unos días lejos del aburrimiento de la ciudad. Las calles estaban vacías, los bares cerrados y cada cual sobrevivía al aburrimiento como buenamente podía. Yo lo combatía leyendo, estudiando y, como no, pensando en ella. Ella era una chica morena, con unos bonitos ojos marrones y una sonrisa tan cálida, que con verla te parecía estar en una isla sin falta de haber ganado nada. El problema residía en que ella ya estaba ocupada, supongo que es lo normal, cuando se trata de una chica tan extraordinaria como ella.
Bueno, dejándola un poco a parte; como decía el aburrimiento era insoportable, así que ese premio inesperado me alegro la existencia.
A la semana de conocer que habíamos ganado, cogimos un avión que nos llevaría a nuestro destino exótico y en el que nos quedaríamos una semana. Ni siquiera en el avión, pude parar, a cada instante miraba por la ventanilla, tratando de vislumbrar la isla desde el cielo.
El avión iba repleto de gente, que como nosotros, había ganado el concurso, eran de otras comunidades pero había buen ambiente entre todos. Mis padres y mi hermano enseguida conocieron a una familia andaluza y entablaron amistad. Mi hermano se dedicó a conocer a los hijos, eran dos, de aproximadamente nuestra edad, el chico era el más pequeño y la chica la mayor. Yo estaba en mi mundo, pero en un momento, en el que volví a aterrizar en el avión, pude observar que la chica era muy bonita: tenía el pelo castaño, lo llevaba recogido en una coleta, tenía los ojos verdes, un verde precioso, se parecía al verde del mar. Era muy simpática, se reía constantemente con las bromas de mi hermano y como no dejaba de mirar para mí, supuse que mi hermano estaba contándole historias de mis salidas. Siempre me ocurrían cosas extrañísimas, pero bueno, al ser joven es lo que ocurre.
Pasé el viaje leyendo, aunque estaba más atento a los trozos de conversación de mi hermano con los chicos andaluces. Me enteré de que íbamos a ser vecinos en el hotel, nuestras habitaciones estaban pegadas, la cosa ni me agrado ni me disgusto. La verdad, estaba más dispuesto a rumiar mis desamores que a intentar ligar con una chica andaluza, por muy bonita que fuera. En cambio, mi hermano estaba encantado, se llevaba muy bien, tanto con el chico, como con la chica; había estado protestando por tener que venir, pero ahora parecía que no le importaba en absoluto pasar unos días sin sus colegas.
Miré hacía mis padres, estaban contentísimos, hablaban por los codos con sus nuevos amigos, que, también estaban encantados. Todos en el avión, parecían felices y contentos, yo parecía el borrón del viaje, con mi gesto de derrota y mi apatía a la hora de hablar. Apenas les dirigí una sonrisa forzada a los nuevos amigos de mi hermano. A duras penas, al chico le estreché la mano y a la chica le di dos besos, en ambos casos susurré un casi inaudible encantado. Pero en el caso de la chica, al acercarme a darle los besos, el sonido de mi voz debió salir completamente alterado, ya que usaba el mismo perfume que tú; ese perfume que soy capaz de identificar, aunque nunca seré capaz de sacarle el olor pero que me trastorna siempre que estás a mi lado. La sorpresa debió de ser evidente por que la chica me miró de forma extraña, supongo que pensaría que estaba como una cabra, pero bueno, en parte tiene razón.
Tras este pequeño incidente, no volví a cruzar ninguna mirada con ellos y sobretodo con la chica; no me apetecía tener que darle alguna explicación incoherente, y menos aún contarle mis problemas sentimentales.
Estaba sumido en estas cavilaciones, cuando alguien gritó que ya habíamos llegado. Me asomé a la ventanilla y quedé asombrado.
El avión había perdido un poco de altura y se podía contemplar una pequeña isla con forma estrellada, con grandes espacios verdes que supuse serían bosques, zonas urbanizadas y lo que más me encantó, las interminables playas con las que siempre había soñado. Era una vista maravillosa, me encantaba, creí que al fin podría olvidarte sin ningún problema, aunque solo fuera durante unos días. De pronto, volví a notar tu perfume a mi lado, me giré y vi que mi nueva amiga, si la puedo llamar así, estaba muy cerca de mí contemplando el paisaje; antes de que pudiera moverme y articular palabra; la azafata me rescató de la situación.

“Señores y señoras, estamos a punto de aterrizar. Por favor ocupen sus asientos y abróchense los cinturones. Gracias.”

Respiré aliviado, cuando la chica se retiró hacia su asiento, no me había dicho nada, ni siquiera me había mirado. Pero había dejado tu fragancia en mi asiento y en el continuo; así que como un torrente enfurecido, las imágenes de ti que quería olvidar se abalanzaron sobre mi cabeza durante todo el aterrizaje: tus ojos, tu sonrisa, tu forma de caminar, tus modelitos, tu cuerpo enfundado en bikini; todo lo que había conseguido apartar de mi cabeza mientras observaba la isla, había vuelto a aparecer para que supiera que siempre estarían allí acechándome.
Cuando conseguí dominar estos pensamientos, el avión ya había aterrizado y todo el mundo se dirigía a la salida. Me tomé mi tiempo, recogí el libro, el discman, las gafas de sol; lo metí todo en la mochila y me dirigí lentamente hacía la portezuela del avión dónde una azafata esperaba para despedirse.

“Espero que haya tenido buen viaje, señor. Disfrute de sus vacaciones.”

Traté de sonreírle, no sé si me saldría una sonrisa muy forzada, pero por lo menos, había intentado no parecer muy desagradable.
Proseguí mi camino hacía la terminal del aeropuerto, para recoger las maletas. Cuando llegué, mis padres estaban esperándome, ya me habían cogido la maleta. De mala gana tiré por ella hacía el autobús que nos llevaría al lujoso hotel donde pasaríamos nuestra semana de vacaciones.
Quiso el destino, volver a amargarme el trayecto; no sé lo que le habré hecho a los dioses para no poder disfrutar de mis vacaciones. Al subir al autobús y al ser el último, sólo quedaba un asiento libre y curiosamente era al lado de mi nueva amiga.
Sinceramente no me apetecía nada, pero nada de nada, compartir trayecto y más aún cuando me dijo el conductor que tardaríamos cerca de una hora en llegar al hotel. Así que, perezosamente me dirigí a mi asiento. Sonreí al sentarme y traté de desconectar escuchando música, pero entonces, descubrí que haría buenas migas con esa chica, ya que, a pesar de mi poca predisposición comenzamos a hablar.

- Una bonita isla, ¿verdad?
- Sí, la verdad es que es preciosa.
- Siempre soñé con pasar unas vacaciones en un lugar como éste.
- Supongo que es el sueño de todo el mundo.
- ¿Puedo preguntarte si siempre eres igual de callado?
- Bueno, no tengo un buen día. A pesar de estar de vacaciones, los problemas nunca me abandonan.
- Ya lo sé, a mí me pasa algo parecido. En cambio, tu hermano es mucho más, no sé, hablador, por decirlo de algún modo.
- Nunca ha tenido problemas en ese aspecto.
- ¿Cuántos años tienes?
- 20. ¿Y tú?
- Yo también, los acabo de cumplir hace unos días.
- Aunque atrasadas, ¡Felicidades!
- Gracias.

A partir de aquí la conversación siguió por los caminos habituales. Hablamos de nuestros amigos, de la facultad, del instituto, del colegio, de alguna juerga nocturna. A pesar de estar envuelto en tu fragancia, no te recordaba, estaba interesado en la conversación, no nos aburríamos, ni había silencios tensos en los que no sabes que decir. Puedo afirmar que me alegraba que estuviera cerca durante esta semana, aunque en el avión hubiese pensado lo contrario.
El viaje en bus se nos quedó muy corto, o por lo menos eso nos pareció a los dos. Sin embargo, para el resto de viajeros se les debió hacer muy tedioso, porque incluso mi hermano estaba durmiendo tranquilamente cuando llegamos a nuestro hotel.
Era un gran edificio, de estilo antiguo rodeado de jardines por todos los lados. En la parte de atrás estaban las piscinas; había tres, cada una mayor que la anterior. Alrededor había un jardín lleno de hamacas y sombrillas de paja, ideales para dormir la siesta. Enfrente de las piscinas, estaba el bar del hotel, había varias personas tomándose algo.
Era un hotel impresionante, genial, perfecto para pasar unas vacaciones.
Al entrar en la habitación, quedé impresionado: era más grande de lo que hubiese imaginado, con dos camas, un balcón que daba a las piscinas y a la playa que según supe después era privada, pertenecía al hotel.

Tras instalarnos, bajamos al comedor. Aunque me costaba reconocerlo, deseaba encontrarme con mi “vecina” para seguir la conversación del autobús mientras comíamos. Me estaba reprochando este pensamiento, cuando nada más poner los pies en el comedor, alguien llamó a mis padres desde una mesa. Eran sus amigos, les invitaron a sentarse y a mi hermano y a mí nos tocó comer con sus hijos. Era perfecto.
La conversación durante la comida fue breve, el peso lo llevaron nuestros hermanos que no callaban ni siquiera teniendo la boca llena de comida. Nosotros comíamos en silencio, mirándonos de vez en cuando, riendo las bromas que nos hacían y deseando, por lo bajo, acabar cuanto antes para poder ir a pasear.
Al acabar la comida, nuestros padres se fueron a la piscina a dormir la siesta y a pasar la tarde. Nuestros hermanos decidieron dar una vuelta por el hotel para inspeccionar el gimnasio, las canchas de fútbol sala y la sala de juegos. Ella me propuso ir hasta la playa a tomar el sol, acepté encantado, no me podía negar, me sentía muy a gusto con ella y me encantaba su voz...

[pondré lo que sigue, no os voy a dejar plantados...]

17 Comments:

Blogger nocheoscura said...

Esto promete...

17:54  
Blogger Sopor eterno said...

Pero que es esto?? pasion de gavilanes o que??

Ainss seño tres horas leyendo, para que ahora me dejes asi..

Un besito

21:03  
Blogger Alvaro Bode said...

Acaso lo dudabas Desi??

Ya veremos lo que opinais al final nocheoscura!!

Un saludo para ambos! Y para ti niña un besito!!

21:19  
Blogger Sopor eterno said...

Quiero la segunda parte del culebron pero ya!!!

Que sino me estresooooooo.

Un besito corazon

21:36  
Blogger Alea jacta est said...

bufffff!!! esto se parece a falcon crest, bueno q te parece si te propongo yo un viaje, no es una isla como la de tu historia pero bueno, tiene su miga, así conocemos a gente que entra en nuestro blog. te apuntas???

22:58  
Blogger wave said...

Madre mia, deseaba con todas mis fuerzas que volvieses con tus historias, dios es que me encanta leerlas. Por dios continua cuanto antes :D Un beso

00:09  
Blogger Blanche said...

va bien , muy bien , donde dices que esta esa isla??
BESOTES

14:31  
Blogger Alvaro Bode said...

Desi: tranquila!!! Ya casi está acabado....

josy: :D

wave: enseguida, enseguida.... Paciencia :D

artika: no lo creo jejej!

blanc: no lo sé, pero cualquiera seria parecida ;)

15:40  
Blogger Bito said...

¿Y todo esto que has contado tan sumamente detallado es inventado?. Joder...

16:25  
Blogger HELEN -Mamá In Design- said...

Yo quiero ver esa isla, quiro el resto de la historia...

Mil besos guapisimo!!!

P.D: esto engancha...

17:35  
Blogger Roberto Iza Valdés said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

21:20  
Anonymous Anónimo said...

aish.. esos perfumes que malos que son... venga, venga la segunda parte!! que hay prisa!! te esta quedando muy bien!! y estoy con josy un viajecito no le viene mal a nadie!! ;)
Besitos peque!!

21:34  
Blogger Roberto Iza Valdés said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

09:41  
Blogger Jefe said...

Ainssssssss, quiero la continuacionnn!!!!

10:32  
Blogger Alvaro Bode said...

Bito: todo ;)

Helen: todo llegará, tranquila! Besitos!

Bita: jooo!! Vaya prisa que teneis jejej!! Un besito!

Roberto: tu seras bienvenue!

Sidd: ... esta bien... Ya está casi terminada... Un saludo!

13:19  
Blogger Buttercup said...

Entonces todo es inventado?

23:39  
Anonymous Anónimo said...

Best wishes.

20:53  

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