El principio II
Aquí os dejo otro trocito, de momento la cosa va poco a poco. Espero que no os disguste el rumbo de la narración, porque por vuestros comentarios supongo que esperabais otra cosa... Si es así, siento haberos dado falsas esperanzas jejee!!
Los exámenes ya se acabaron por fin!! Y he de decir que tengo buenas expectativas en cuanto a las notas :D
Ahm... sabed que podeís criticar todo lo que querais, si veis que algo podría cambiar en el relato...
Pues nada más, disfrutad y un abrazo y besitos para vosotros y vosotras :D
La figura dejó la pluma cerca del tintero, tomó un pequeño pocillo de barro y lo llenó con vino, despacio, con la mente perdida en reflexiones, bebió pequeños sorbos hasta vaciarlo.
Acto seguido, retomó la pluma y atacó con mayor fiereza el papel, como si después del primer párrafo, el candado que bloqueaba las letras se hubiese abierto de golpe.
“Supongo que lo mejor es empezar por el principio, con mi nombre y demás señas… Quizás sea demasiado trivial y carezca de relevancia, aún así forman parte de esta historia y quizás, quede vacía sin ellos. Así que les ruego paciencia y comprensión...
Sepan que nací en el seno de una familia rica y poderosa, el primer día del primer mes del verano, hace ahora casi un siglo y tres cuartos.
Mi padre era un rico señor, justo y noble; hijo a su vez de uno de los más grandes caballeros de la época. Mi madre descendía directamente de sangre real y de ella había heredado la belleza y la inteligencia, además de una considerable fortuna.
Cómo podrán comprobar, mi infancia no estuvo marcada por las carencias y las necesidades, sino que crecí entre el lujo y el amor de unos padres que me adoraban.”
De repente, la habitación se quedó a oscuras; la vela se había agotado. La figura dejó la pluma sobre el papel y cogió una fina rama de madera que tenía sobre la mesa. Con un movimiento apenas perceptible apuntó en dirección a la vela, que, tras un chasquido como el que producen dos piedras al ser frotadas, volvió a iluminar la instancia.
Más tarde, cuando todos los pliegos de papel estuvieron rellenos y escondidos bajo unas tablas de la habitación, los hombres que la registraron en busca de objetos extraños, se sorprendieron al comprobar que en la palmatoria no había restos de cera ni nada que pudiese indicar que una vela hubiese iluminado aquella habitación...
Los exámenes ya se acabaron por fin!! Y he de decir que tengo buenas expectativas en cuanto a las notas :D
Ahm... sabed que podeís criticar todo lo que querais, si veis que algo podría cambiar en el relato...
Pues nada más, disfrutad y un abrazo y besitos para vosotros y vosotras :D
La figura dejó la pluma cerca del tintero, tomó un pequeño pocillo de barro y lo llenó con vino, despacio, con la mente perdida en reflexiones, bebió pequeños sorbos hasta vaciarlo.
Acto seguido, retomó la pluma y atacó con mayor fiereza el papel, como si después del primer párrafo, el candado que bloqueaba las letras se hubiese abierto de golpe.
“Supongo que lo mejor es empezar por el principio, con mi nombre y demás señas… Quizás sea demasiado trivial y carezca de relevancia, aún así forman parte de esta historia y quizás, quede vacía sin ellos. Así que les ruego paciencia y comprensión...
Sepan que nací en el seno de una familia rica y poderosa, el primer día del primer mes del verano, hace ahora casi un siglo y tres cuartos.
Mi padre era un rico señor, justo y noble; hijo a su vez de uno de los más grandes caballeros de la época. Mi madre descendía directamente de sangre real y de ella había heredado la belleza y la inteligencia, además de una considerable fortuna.
Cómo podrán comprobar, mi infancia no estuvo marcada por las carencias y las necesidades, sino que crecí entre el lujo y el amor de unos padres que me adoraban.”
De repente, la habitación se quedó a oscuras; la vela se había agotado. La figura dejó la pluma sobre el papel y cogió una fina rama de madera que tenía sobre la mesa. Con un movimiento apenas perceptible apuntó en dirección a la vela, que, tras un chasquido como el que producen dos piedras al ser frotadas, volvió a iluminar la instancia.
Más tarde, cuando todos los pliegos de papel estuvieron rellenos y escondidos bajo unas tablas de la habitación, los hombres que la registraron en busca de objetos extraños, se sorprendieron al comprobar que en la palmatoria no había restos de cera ni nada que pudiese indicar que una vela hubiese iluminado aquella habitación...