Historias de piragüas
Apenas habían conseguido clavar una piqueta de la esquina de la tienda, cuando un grupo de seis “salvajes”, eso fue lo primero que ellas pensaron, se instaló a su lado…
Habían recorrido toda la villa, buscando un mísero hueco para instalar sus dos tiendas y poder así disfrutar de la fiesta del Sella; cuando de repente, encontraron el sitio perfecto, justo al lado de un grupito de chicas, por el modo en que intentaban levantar la tienda parecían niñas de papá…
En un abrir y cerrar de ojos, levantaron las dos tiendas y se largaron para la playa, ya que era lo que más apetecía con el sol de justicia que estaba cayendo. “Serán salvajes pero saben levantar una tienda”…
Montaron las tiendas con calma, esperando a ver si el grupito de chicas, acababa y seguirlas hacia donde se dirigiesen. Como no parecía que iba a acabar nunca se marcharon para la playa a darse un baño y refrescarse. “No sé yo, igual no salen de la tienda por miedo a los mosquitos” “Tal vez, pero hay un par de ellas que…”
Anocheció y allí seguían, intentando levantar una de las tiendas, parecía imposible; así que decidieron dejarlo y sentarse a discutir entre ellas “No deberíamos haber venido” “Ya lo sé, teníamos que habernos quedado en casa” “Si al llegar estabais enloquecidas por el ambiente”…
Colocaron el foco, y prepararon los bocatas para cenar, mientras otros dos, preparaban el calimocho y las cervezas para acompañar la bebida. “Aún no las han montado y parecen disgustadas” “Déjalas, siéntate a cenar, luego ya veremos”
Comieron sin hablarse la empanada que habían traído; les dio hambre ver comer a sus vecinos, parecían que llevaban tiempo viniendo al Sella y también parecía que disfrutaban. Al contrario que ellas, para ser su primer año, todo iba fatal…
“Voy a ayudarlas, que venga uno conmigo” Los demás sacaron un par de guitarras y unas armónicas y se dispusieron a animar la fiesta, esperando que alguien se les uniese, como acababa sucediendo todos los años…
“Eh! Se acercan dos de nuestros vecinos” “Podrían ayudarnos”…
En apenas diez minutos, las dos tiendas estaban en pie y dispuestas para ser usadas por sus propietarias; habían pasado un rato agradable charlando con las chicas. A pesar de su apariencia, eran chicas muy simpáticas y agradables…
La música comenzó a sonar, y mientras notas de guitarra y de armónica se juntaban en el silencio, todos cantaban alguna canción, unas conocidas, otras más desconocidas…
Ayudadas por el efecto del poco martini que habían tomado, las chicas decidieron probar suerte e intentar unirse a la fiesta de sus vecinos…
Rápidamente, el coro de voces lo formaron tanto chicos como chicas, cantaron hacía las estrellas, disfrutando del primer día del Sella…
Ellos sabían que aún quedaban otros tres días y ellas comprendieron porque todo el mundo las animaba a ir…
Habían recorrido toda la villa, buscando un mísero hueco para instalar sus dos tiendas y poder así disfrutar de la fiesta del Sella; cuando de repente, encontraron el sitio perfecto, justo al lado de un grupito de chicas, por el modo en que intentaban levantar la tienda parecían niñas de papá…
En un abrir y cerrar de ojos, levantaron las dos tiendas y se largaron para la playa, ya que era lo que más apetecía con el sol de justicia que estaba cayendo. “Serán salvajes pero saben levantar una tienda”…
Montaron las tiendas con calma, esperando a ver si el grupito de chicas, acababa y seguirlas hacia donde se dirigiesen. Como no parecía que iba a acabar nunca se marcharon para la playa a darse un baño y refrescarse. “No sé yo, igual no salen de la tienda por miedo a los mosquitos” “Tal vez, pero hay un par de ellas que…”
Anocheció y allí seguían, intentando levantar una de las tiendas, parecía imposible; así que decidieron dejarlo y sentarse a discutir entre ellas “No deberíamos haber venido” “Ya lo sé, teníamos que habernos quedado en casa” “Si al llegar estabais enloquecidas por el ambiente”…
Colocaron el foco, y prepararon los bocatas para cenar, mientras otros dos, preparaban el calimocho y las cervezas para acompañar la bebida. “Aún no las han montado y parecen disgustadas” “Déjalas, siéntate a cenar, luego ya veremos”
Comieron sin hablarse la empanada que habían traído; les dio hambre ver comer a sus vecinos, parecían que llevaban tiempo viniendo al Sella y también parecía que disfrutaban. Al contrario que ellas, para ser su primer año, todo iba fatal…
“Voy a ayudarlas, que venga uno conmigo” Los demás sacaron un par de guitarras y unas armónicas y se dispusieron a animar la fiesta, esperando que alguien se les uniese, como acababa sucediendo todos los años…
“Eh! Se acercan dos de nuestros vecinos” “Podrían ayudarnos”…
En apenas diez minutos, las dos tiendas estaban en pie y dispuestas para ser usadas por sus propietarias; habían pasado un rato agradable charlando con las chicas. A pesar de su apariencia, eran chicas muy simpáticas y agradables…
La música comenzó a sonar, y mientras notas de guitarra y de armónica se juntaban en el silencio, todos cantaban alguna canción, unas conocidas, otras más desconocidas…
Ayudadas por el efecto del poco martini que habían tomado, las chicas decidieron probar suerte e intentar unirse a la fiesta de sus vecinos…
Rápidamente, el coro de voces lo formaron tanto chicos como chicas, cantaron hacía las estrellas, disfrutando del primer día del Sella…
Ellos sabían que aún quedaban otros tres días y ellas comprendieron porque todo el mundo las animaba a ir…
5 Comments:
Vamos que te lo has pasado de miedo ¿ehhhh?
¿Y las piragüas? ¿Dónde se supone que están las piragüas? :P
Veo que te lo has pasado de miedo mi buen amigo, espero que el año próximo poder irme contigo a pasar el finde de piraguas y disfrutar yo también de ese mágico ambiente que nos cuentas, pero hasta que llegue ese día, seguiré esperando la oportunidad.
Un abrazo
Hola! Esos viajes siempre son bueniiisimos, conoces mucha gente y lo típico que se hace es cantar, tocar la guitarra y ver las estrellas. Normalmente siempre se termina un poco melancólico... Pero quedan muy buenos recuerdos de esos viajes... Saludos
Karla
La de recuerdos que se forman en estas salidas.
Enhorabuena.
Un saludo.
Eso pasa siempre Isthar, nadie ve las piragüas; no se pierde el tiempo viéndolas.
Por aquí, si le preguntas a alguien sobre esta fiesta te dirá:
"La fiesta de piragüas, una pasada!!"
También puedo decirte que ni siquiera sé el nombre del ganador... :P
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