Baile y jadeo: El juego

La música inundaba el claro en el que se celebraba la fiesta anual. Las estrellas presenciaban, como testigos mudos, las risas, los bailes y los cantos de la muchedumbre; y desde su palco de honor pudieron contemplarla.
Entre la muchedumbre que bailaba, destacaba ella, siempre destacaría. Era una chica de tez pálida y una larga cabellera pelirroja, más bien tímida, salvo cuando la música fluía a su alrededor... En esos instantes, se transformaba, la chica tímida desaparecía y en su lugar aparecía... no sé que palabra o con que metáfora explicaros en que se convertía, lo único que puedo decir es que la música inundaba todo su cuerpo, cada célula de su anatomía era poseída por notas musicales... Y ella se convertía en melodía, en canción.

A su alrededor, grupos y grupos de cazadores jadeabn ante su sola presencia, pues contemplarla mientras bailaba era el espectáculo más sensual del mundo; sabía de sobra el efecto que causaba en al gente pero no le importaba, ella solo quería bailar, sólo eso, bailar.
Aquela noche bailó hasta el amanecer, hasta que las estrelas se retiraron a sus mansiones etéreas y el sol, como un ladrón, le robó el encantamiento musical en el que estaba sumergida...