Pero...
No sé por que puerta entró, ni de que forma acabé bailando con ella. Sólo sé que consiguió hacerme escapar de ti. Por primera vez, comprendí que solo eras un sueño, que como tal, puede o no cumplirse.
Nos besamos sin hablar, sin pedir permiso a nadie, sin buscar una mirada aprobatoria; me abracé a ella como si fuese mi salvavidas, como si fuese mi última oportunidad de escapar de ti. Ella aceptó el reto, me abrazó, me besó, me dio mimos, como si de verdad yo le importase...
Nuestros dedos dejan de entrelazarse, nuestros labios ya no se retan a tocarse; comprenden que todo llega a su fin, y otra vez vuelve tu presencia a caer sobre mi como una losa.
Me pide el teléfono para volver a quedar, le doy largas, prefiero apuntar su número en mi página de olvidos... Podría llamarla, podría volver a besarla, podría volver a probar su encanto, su cuerpo, sus labios; pero...
Nos besamos sin hablar, sin pedir permiso a nadie, sin buscar una mirada aprobatoria; me abracé a ella como si fuese mi salvavidas, como si fuese mi última oportunidad de escapar de ti. Ella aceptó el reto, me abrazó, me besó, me dio mimos, como si de verdad yo le importase...
Nuestros dedos dejan de entrelazarse, nuestros labios ya no se retan a tocarse; comprenden que todo llega a su fin, y otra vez vuelve tu presencia a caer sobre mi como una losa.
Me pide el teléfono para volver a quedar, le doy largas, prefiero apuntar su número en mi página de olvidos... Podría llamarla, podría volver a besarla, podría volver a probar su encanto, su cuerpo, sus labios; pero...
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