Historia II
Por primera vez en toda la tarde sonreí. Me empezaba a interesar Natalia; no sabía muy bien por qué, pero estaba empezando a interesarme de verdad por ella.
Me levanté después de que lo hiciera Natalia. Como ya esperaba, la inquisición apareció.
“¿A dónde vais? Aún queda mucha sidra por beber.”
No me apetecía mandarlos a la mierda; por suerte, Natalia fue más rápida en encontrar una contestación.
“Me va a llevar a dar un paseo y a lo mejor nos enrollamos, ¿pasa algo?”
“No, no…”
“Creía, porque vosotros seis llevais cerca de diez minutos comiendoos los morros mutuamente, sin pedir ni un trago de sidra… Vamos Toni.”
Estaba alucinado, me agarró del brazo y me arrastró hacia el paseo de la playa. Aún no había asimilado las palabras de Natalia. Había dejado las cosas claritas y a juzgar por la cara de mis colegas y de sus amigas, no creo que nadie se lo hubiese esperado.
Comenzamos a caminar hacía la feria, bueno en realidad, la única que caminaba era ella, yo estaba siendo, literalmente, arrastrado.
Apenas nos habíamos alejado unos cuantos metros de la terraza, cuando Natalia volvió a hablar.
“Puedes cerrar la boca, te va a entrar un pájaro.”
Yo seguía totalmente ausente, no la escuchaba, seguía pensando en lo que acababa de pasar.
“¿Te ha comido la lengua el gato?”
“¿Qué? Perdona… estoy un pelín desconcertado.”
“No te preocupes, no te voy a violar ni nada por el estilo; simplemente fue lo primero que se me ocurrió para callar posteriores risitas y chismorreos.”
“Buff, no sabes el peso que me has quitado de encima.”
Continuamos caminando, le fui explicando algo sobre el pueblo, un poco de su historia, de la gente, de los platos típicos, algo sobre los edificios que íbamos pasando. Natalia escuchaba muy atenta, a veces me preguntaba alguna cosa, sobre lo que acababa de decirle o sobre alguna frase que no entendía, pero la mayor parte del tiempo permaneció callada.
Recorrimos el pueblo tranquilamente, cuando llegamos nuevamente a la plaza mayor, en la que había situada una carpa, a modo de chiringuito…
“¿Te apetece tomar algo?”
“Si, porque estoy seca. Pídeme un malibú.”
“¿Malibú?”
“Sí con piña.”
“Mejor un mojito. En esta carpa los hacen muy bien.”
“Bueno… De acuerdo.”
“Vengo en unos minutillos.”
Tras guiñarle un ojo, me dirigí hacia el barullo de gente que se amontonaba en la barra para conseguir la ansiada bebida. Apenas había dado un par de pasos cuando Natalia me llamó…
“¡Toni!”
“Dime.”
“Llámame Nati.”
“Vuelvo ahora, Nati.”
Me alejé de ella y de su sonrisa. En el paseo por el pueblo, pude observarla tranquilamente. Era una chica alta, más o menos de mi misma talla, era morena y tenía unos bonitos ojos verdes. ¿Atractiva? Lo era y mucho, o por lo menos eso me pareció a mí. Físicamente, no estaba nada mal. Lucía una minifalda que dejaba al descubierto unas piernas morenas impresionantes, llevaba una camiseta de tirantes, de escote poco pronunciado, pero muy sugerente.
Por un momento, mientras pedía las bebidas me recordó a mi antigua amiga. Se parecían bastante, no físicamente sino en su forma de ser, eran chicas simpáticas, cariñosas, agradables, con las que se podía hablar de cualquier cosa. Decidí apartarla a ella de mi cabeza y pensar solamente en Nati.
Cuando me volví para regresar junto a ella, la ví rodeada por varios buitres; enseguida se percató de mi mirada y cruzó la suya con la mía pidiéndome auxilio. Me acerqué lentamente, pedí perdón y le ofrecí la copa.
“¡Gracias cielo!”
Me besó en la mejilla… Fue corto, apenas un breve roce de los labios, pero fue suave y tierno. Los buitres que aún seguían a su alrededor, profirieron un resoplido de desilusión, al verla aún colgada de mi cuello, y desaparecieron tan rápidamente como habían aparecido.
Nati, lentamente se separó de mí y bebió un sorbo de su copa.
“Lo siento.”
“¿El qué?”
“El beso. No sé si tienes novia, si te gusto, vamos que ni siquiera te conozco, pero quería deshacerme de esos pesados.”
Me levanté después de que lo hiciera Natalia. Como ya esperaba, la inquisición apareció.
“¿A dónde vais? Aún queda mucha sidra por beber.”
No me apetecía mandarlos a la mierda; por suerte, Natalia fue más rápida en encontrar una contestación.
“Me va a llevar a dar un paseo y a lo mejor nos enrollamos, ¿pasa algo?”
“No, no…”
“Creía, porque vosotros seis llevais cerca de diez minutos comiendoos los morros mutuamente, sin pedir ni un trago de sidra… Vamos Toni.”
Estaba alucinado, me agarró del brazo y me arrastró hacia el paseo de la playa. Aún no había asimilado las palabras de Natalia. Había dejado las cosas claritas y a juzgar por la cara de mis colegas y de sus amigas, no creo que nadie se lo hubiese esperado.
Comenzamos a caminar hacía la feria, bueno en realidad, la única que caminaba era ella, yo estaba siendo, literalmente, arrastrado.
Apenas nos habíamos alejado unos cuantos metros de la terraza, cuando Natalia volvió a hablar.
“Puedes cerrar la boca, te va a entrar un pájaro.”
Yo seguía totalmente ausente, no la escuchaba, seguía pensando en lo que acababa de pasar.
“¿Te ha comido la lengua el gato?”
“¿Qué? Perdona… estoy un pelín desconcertado.”
“No te preocupes, no te voy a violar ni nada por el estilo; simplemente fue lo primero que se me ocurrió para callar posteriores risitas y chismorreos.”
“Buff, no sabes el peso que me has quitado de encima.”
Continuamos caminando, le fui explicando algo sobre el pueblo, un poco de su historia, de la gente, de los platos típicos, algo sobre los edificios que íbamos pasando. Natalia escuchaba muy atenta, a veces me preguntaba alguna cosa, sobre lo que acababa de decirle o sobre alguna frase que no entendía, pero la mayor parte del tiempo permaneció callada.
Recorrimos el pueblo tranquilamente, cuando llegamos nuevamente a la plaza mayor, en la que había situada una carpa, a modo de chiringuito…
“¿Te apetece tomar algo?”
“Si, porque estoy seca. Pídeme un malibú.”
“¿Malibú?”
“Sí con piña.”
“Mejor un mojito. En esta carpa los hacen muy bien.”
“Bueno… De acuerdo.”
“Vengo en unos minutillos.”
Tras guiñarle un ojo, me dirigí hacia el barullo de gente que se amontonaba en la barra para conseguir la ansiada bebida. Apenas había dado un par de pasos cuando Natalia me llamó…
“¡Toni!”
“Dime.”
“Llámame Nati.”
“Vuelvo ahora, Nati.”
Me alejé de ella y de su sonrisa. En el paseo por el pueblo, pude observarla tranquilamente. Era una chica alta, más o menos de mi misma talla, era morena y tenía unos bonitos ojos verdes. ¿Atractiva? Lo era y mucho, o por lo menos eso me pareció a mí. Físicamente, no estaba nada mal. Lucía una minifalda que dejaba al descubierto unas piernas morenas impresionantes, llevaba una camiseta de tirantes, de escote poco pronunciado, pero muy sugerente.
Por un momento, mientras pedía las bebidas me recordó a mi antigua amiga. Se parecían bastante, no físicamente sino en su forma de ser, eran chicas simpáticas, cariñosas, agradables, con las que se podía hablar de cualquier cosa. Decidí apartarla a ella de mi cabeza y pensar solamente en Nati.
Cuando me volví para regresar junto a ella, la ví rodeada por varios buitres; enseguida se percató de mi mirada y cruzó la suya con la mía pidiéndome auxilio. Me acerqué lentamente, pedí perdón y le ofrecí la copa.
“¡Gracias cielo!”
Me besó en la mejilla… Fue corto, apenas un breve roce de los labios, pero fue suave y tierno. Los buitres que aún seguían a su alrededor, profirieron un resoplido de desilusión, al verla aún colgada de mi cuello, y desaparecieron tan rápidamente como habían aparecido.
Nati, lentamente se separó de mí y bebió un sorbo de su copa.
“Lo siento.”
“¿El qué?”
“El beso. No sé si tienes novia, si te gusto, vamos que ni siquiera te conozco, pero quería deshacerme de esos pesados.”
Continuará....
7 Comments:
Soy la primera!!!
Yo el malibú lo prefiero con cocacola...¡¿Con coca-cola????!! Sí, de todos los recuerdos que me pude haber traido de Italia en el viaje de fin de curso, eso es lo que me traje: malibú con coca-cola... bueno, aunq en realidad lo descubrí en barcelona, de regreso a casa.
está interesante la cosa, eh!!!
jejeje
todas tus historias son iguales
ayyy... que ya empiezas a tenerme en vilo con las historias por capítulos!! esto no se hace!!
besitos niño!!
hummm Varo!!!
un beso que continuará???
grrrrrrrrrrrrrr
ahora me dejas con pendiente!!!
muchos besos mi niño:)
ufff tus historias son geniales...¡¡ queremos mas capitulos yaaaa!!! un besazo enorme cielo
Sublime... ais.. cuando nos vamos??
Un beso a nati de mi parte
Y?? noo, ni si quiera un aviso de cuando leemos la tercera parte!! ayy nuuu!! jajaja, super lindo como siempre! un abrazo.
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