Nada
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos. ¿Te acuerdas? Desde aquel día, no he vuelto a saber de ti. No sé si acabaste la carrera, si continuas con el mismo novio, si lo has cambiado; tal vez te hayas casado y hayas tenido hijos. No lo sé, y la verdad, no me importa. Debe de ser la primera vez que no me preocupa lo que hagas con tu vida, quizás la vida me ha apaleado demasiadas veces por pensar en ti. Llámalo orgullo si quieres, pero estoy cansado de poner la otra mejilla; hace años habría puesto las dos mejillas por ti sin dudarlo un solo instante, eso lo sabes ¿verdad? Como no sé nada de tu vida, he decidido contarte la mía, todo lo que me ha sucedido desde aquel día, en el que nos abrazamos en el andén de la estación y murmuramos un angustioso “Hasta luego”. Ese hasta luego, ha acabado siendo un adiós permanente, que ninguno de los dos ha hecho nada por evitar.
NADA. Es la palabra que define mi vida lejos de tu lado. No he hecho absolutamente nada. Me mantengo fiel a mi sueño de tenerte junto a mí para siempre.
Sigo trabajando en lo de siempre, supongo que lo de estudiar no se me daba del todo bien, aunque tu siempre pensaste lo contrario.
Me creerás loco pero aún continuo recorriendo las calles que en más de una ocasión recorrimos juntos, la mayoría de las veces para encontrar un regalo adecuado para tu novio de turno, o simplemente para acompañarte a casa después de clase.
NADA. Nada ha cambiado desde que te fuiste, todavía voy al bar en el que trabajabas los sábados de noche, todavía me siento en el mismo taburete en el que me sentaba mientras esperaba a que salieses para acompañarte al bus, todavía sigo bebiendo cerveza tras cerveza mientras mi mirada se pierde detrás de la barra, buscándote, como hacía antes. Ahora, desgraciadamente nunca la encuentro; tan solo el reflejo de las botellas me devuelven la mirada.
NADA. Es la palabra que define mi vida lejos de tu lado. No he hecho absolutamente nada. Me mantengo fiel a mi sueño de tenerte junto a mí para siempre.
Sigo trabajando en lo de siempre, supongo que lo de estudiar no se me daba del todo bien, aunque tu siempre pensaste lo contrario.
Me creerás loco pero aún continuo recorriendo las calles que en más de una ocasión recorrimos juntos, la mayoría de las veces para encontrar un regalo adecuado para tu novio de turno, o simplemente para acompañarte a casa después de clase.
NADA. Nada ha cambiado desde que te fuiste, todavía voy al bar en el que trabajabas los sábados de noche, todavía me siento en el mismo taburete en el que me sentaba mientras esperaba a que salieses para acompañarte al bus, todavía sigo bebiendo cerveza tras cerveza mientras mi mirada se pierde detrás de la barra, buscándote, como hacía antes. Ahora, desgraciadamente nunca la encuentro; tan solo el reflejo de las botellas me devuelven la mirada.
1 Comments:
Hola Varo, acabo de leerme unos cuantos post, y he ido dando marcha atrás para ir enterándome de cosas :-)
Es bonito este post, me deja el mismo regusto amargo que la canción de Celtas Cortos, 20 de abril...
Un beso
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